Otra opción que nos queda por ver aunque sea rápidamente son los medicamentos que pueden ayudarnos a superar un viaje en avión.
El tema es que los medicamentos no son nunca una solución a largo plazo. No estamos tratando con una enfermedad de origen físico (al menos en la mayor parte de los casos) que puede ser tratada con un antibiótico hasta que ha desaparecido.
Los calmantes y las medicaciones contra la ansiedad que podría recetarnos cualquier doctor para uno de estos casos seguramente nos permitirán tomar el avión si es que necesitamos hacerlo de urgencia, o sea, no tenemos tiempo para seguir un tratamiento adecuado que nos permita superar nuestros miedos de una forma natural, sino que necesitamos poder hacer el viaje sí o sí.
Siendo este el caso, la medicación nos sacará del apuro, pero no será una solución definitiva, con lo cual quedaremos destinados a tomarla cada vez que necesitemos viajar (lo cual es algo que siempre es preferible evitar, la dependencia de un medicamento).
Una vez superado este momento, si vemos que realmente no podemos subirnos a una maquina voladora sin ayuda externa, es probablemente el momento para empezar a buscar la solución en uno de estos tratamientos de los que hemos estado hablando a lo largo de este curso. Estos son mucho más útiles para ponerle fin de forma definitiva a lo que nos esta ocasionando el problema.
Otras ayudas
Igual, no son estas todas las posibilidades. Es más, no son ni siquiera una mínima parte de las mismas, ya que en muchos casos son las cosas que nos rodean y nuestras propias experiencias los que pueden ayudarnos a encontrar una nueva manera de enfrentarnos a nuestros temores y a superarlos o por lo menos minimizarlos todo lo posible.
Ejemplos de este tipo de cosas abundan y pueden ir desde las flores de Bach (que tipo puede ayudarnos en esta situación dependerá un poco de nosotros mismos) hasta la posibilidad de llevar con nosotros a nuestra mascota.
Esto puede parecer muy raro, pero la realidad nos muestra que ciertas compañías nos dejarán viajar con una mascota, si es que esto esta aconsejado por nuestro medico con una nota escrita. Por supuesto, no estamos diciendo que puedan llevarla en un asiento contiguo, con toda comodidad. Pero sí podemos llevarlas sobre nuestra falda.
Debe tratarse, por supuesto de un animal de una tamaño no demasiado considerable. Las mascotas tienen un efecto muy relajante sobre sus dueños (aunque muchas veces no sobre el resto de las personas) y pueden resultar ser una gran ayuda para evitar que nuestros nervios se escapen totalmente de nuestro control.
Y, por supuesto, hay institutos especializados que pueden ayudarnos en este trance.
En estos lugares pueden darnos algunos consejos que a la hora de abordar la escalerilla que nos lleva al avión tendremos en la cabeza y notaremos que realmente nos resultan de utilidad.
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