"George fue presa del deseo de explorar y tocar todos los rincones de aquel cuerpo.
Separó la abertura del sexo con los dedos y regaló a sus ojos con el fulgor de la piel, el delicado fluir de la miel y el vello rizándose en torno de sus dedos."
-- Anaïs Nin --
"¡Ah, yo me siento abrir como una rosa!
Ven a beber mis mieles soberanas
¡yo soy la copa del amor pomposa
que engarzará en tus manos sobrehumanas!
La copa erige su esplendor de llama..."
-- D. Agustini --
" Y el beso no acaba nunca... Parece que bajo la lengua de KHRYSIS hay, no miel y leche como se dice en la Escritura, sino agua viva movible y encantada. A esta misma lengua que, multiforme, se ahueca y enrolla, se retira y se alarga, más acariciadora que la mano, más expresiva que los ojos, flor que se retuerce en forma de pistilo o se adelgaza como pétalo, carne que se hace rígida para vibrar o se ablanda para lamer, le infunde Khrysìs toda su ternura y su apasionada fantasía... Síguense las caricias,
que ella prolongan y se repiten. Le basta con la extremidad de sus dedos para tender una red de construcciones espasmódicas que se propagan por los costados sin desvanecerse del todo. Ha dicho ella que no es feliz sino sacudida por el deseo o enervada por el agotamiento (...)"
-- "Afrodita"; Pierre Loüys 1894 --
Las abejas acechan, pero el hombre se ha peleado con ellas desde siempre con tal de comer un poco de miel. Todo picado, el pitecantropus y familia, se rascaban las ronchas con manos pegajosas y se restregaban perplejos la cabeza. Hace 4.000 años, por fin, babilonios y egipcios encontraron el truco y comenzó la apicultura. En eso días, se aplicaban severas penas a quienes destruyesen una colmena.
En tiempos de Ramsés II, los altos funcionarios recibían miel como parte de sus salarios y el dios del Nilo la exigía en sus rituales (Osiris). En las ceremonias nupciales, el esposo prometía darle a su mujer 12 recipientes de miel cada año -- ¿doce lunas de miel? --
Los griegos pensaban que la miel era el manjar preferido de los dioses y la usaron en rituales religiosos, pero también en medicina y mezclada con vinos.
Los romanos morían por el dulce. Tanto les gustaba la miel, que un veterano de guerra podía vivir dignamente con la cosecha de miel que rendía un cuarto de hectárea.
Al comienzo de los banquetes servían el MULSUM, mezcla preparada con cuatro partes de vino y una de miel.
Dicen que, cuando Augusto preguntó a POLION -casi octogenario, pero muy vigoroso- cuál era el secreto de su buena y prolongada salud, el orador y poeta respondió: "mulsum dentro y aceite afuera".
Consejo que fue practicado por el Emperador, que consumía mucha miel y pocas grasas y llegó a los 77 años, edad bastante interesante para la época. Sin caer en exageraciones romanas, debemos convenir que la miel es un excelente endulzante natural, que se adapta a todo tipo de recetas dulces, pero que también puede realzar con su aroma los platos salados.
Al enfriarse o envejecer, la miel natural se cristaliza y esta característica no afecta su calidad, pero sì prefiere un producto menos denso coloque el frasco sin tapa en el microondas y temple la miel durante 3 ò 4 minutos en el nivel de cocción. Derretir al 20% de potencia, removiendo de tanto en tanto y finalizando el proceso cuando la miel recupere la fluidez inicial. Cuide que no se caliente demasiado, para evitar que pierda
alguna de sus propiedades.
-- Una de miel; microondas; Viviana de Rosato; Sal&Pimienta; Año II -- Nº 4 –1993 -
Reconozco que en los tiempos modernos, el uso del microondas se ha generalizado, a pesar de ello, los seguidores del TAO y cuidadosos guardianes de las enseñanzas del YING y el YANG (fuerzas positivo y negativo, femenino y masculino, noche y día, etc.) desaconsejan su utilización, como también la de productos químicos, no naturales y, tanto frutas como hortalizas que no sean de cultivo orgánico. Y por supuesto, retornar a las bases de lo natural y sano, ya que tenemos un solo cuerpo y debemos cuidarlo. Para ellos, todo lo que ingresa en nuestro cuerpo es energía y pasará a formar parte de él (el Qi).
Entonces, si ha decidido respetar esas normas, coloque el envase de la miel en un recipiente a baño de María -- como lo hacían nuestras madres y abuelas -- y disfrute de ese sabor milenario.
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