Cada personaje es retratado del modo más completo y objetivo posible: se nos dice dónde nació, la profesión y clase social de sus padres, dónde se educó, etc.; se nos describen sus rasgos físicos; se nos habla de su situación económica, de su carácter, incluso de sus pensamientos más secretos, pues el narrador omnisciente, como su nombre indica, lo sabe todo. Es lo que podríamos llamar una descripción directa.
Hallamos muchos ejemplos de descripción directa en La Regenta:
"Olvido era una joven delgada, pálida, alta, de ojos pardos y orgullosos; no tenía madre y hacía la vida de un idolillo próximamente, suponiendo actividad y conciencia en el ídolo. La servían negros y negras y un blanco, su padre, el esclavo más fiel. Ni un capricho había dejado de satisfacer en su vida la niña. A los dieciocho años se le ocurrió que quería ser desgraciada, como las heroínas de sus novelas"
Descripción indirecta: En muchas novelas del siglo XX que usan como narrador a un personaje, ya sea protagonista o testigo, o bien un narrador en tercera persona situado en el punto de vista de un personaje, la descripción de los otros personajes, al estar "filtrada" por la subjetividad de un determinado punto de vista, resulta parcial: el narrador no dice cómo es ese personaje, sino el efecto que a él le produce; no nos da una información completa sobre él (pues no la tiene), sino sólo los detalles que conoce.
A este tipo de descripción, que en vez de darnos una información exhaustiva sobre el personaje, se fija en algún detalle de su persona (la voz, el peinado, un gesto...) o de su entorno (las fotografías que tiene sobre su escritorio, por ejemplo) la podemos llamar descripción indirecta.
En la novela de Ana María Matute Primera memoria, las protagonistas, una abuela y su nieta (que es la narradora), se caracterizan por un objeto al que están apegadas:
"Mi abuela [...] llevaba casi siempre un bastoncillo de bambú con puño de oro, que no le hacía ninguna falta, porque era firme como un caballo"; "Menos mal que llevé conmigo, escondido entre el jersey y el pecho mi Pequeño Negro de trapo -Gorogó, Deshollinador-, y lo tenía allí, debajo de la almohada".
Es un manera indirecta de mostrarnos el carácter de cada una: La abuela, además de rica, es autoritaria; la nieta, apocada, temerosa, necesitada de cariño.
La descripción directa raramente se practica en la literatura contemporánea. La descripción indirecta es más sugestiva, pero tiene un inconveniente técnico: es muy incompleta. Si queremos crear un personaje convincente, no podemos contentarnos con describir, por ejemplo, sus zapatos; tenemos que dar más información sobre él. Habrá que buscar otros recursos: por ejemplo, que el mismo retratado hable o actúe, o que un tercer personaje suministre datos complementarios.
Ejercicio I:
Hacer una descripción directa de una de estas dos personas (15-25 líneas):
a) Un hombre guapo, egoísta y vanidoso, viudo y padre de cinco hijos.
b) Una mujer vieja, gorda, pobre, que ha tenido una vida muy difícil.
Ejercicio II:
Hacer una descripción indirecta, en 10-20 líneas de uno de estos dos personajes:
a) Una mujer burguesa, antigua alumna de un colegio de monjas, por su voz.
b) Una mujer bella, enfermiza, muy religiosa, por sus manos.
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