|
La temática de este curso no sólo responde a la propia situación de la sociedad actual dominada por la búsqueda de placer y valoración de la juventud en detrimento de la vejez, sino que además, hace referencia directa a algo tan universal como la propia na-turaleza humana que ha sido tal y como es a lo largo de toda la historia. De hecho, ya en su tiempo, Tomás de Aquino comentó a este respecto que como contraposición a la tristeza del hombre anciano está la alegría de aquellos chicos que están en el periodo juvenil .
Hemos analizado la esencia del placer y del dolor desde la teoría de Tomás de Aquino; hemos seleccionado conscientemente a este autor para atender a estos dos te-mas, porque desde la propia actualidad de su pensamiento comprobamos la propia uni-versalidad de la naturaleza humana. Es evidente que todos cambiamos a lo largo del tiempo, sin embargo, se trata más de una variación accidental en nosotros mismos; aun-que evidentemente no existe ninguna semejanza entre el rostro de un bebé con el del anciano que un día llegará a ser; por encima de eso, sigue permaneciendo algo inque-brantable; la identidad personal.
Si pensamos en el fenómeno de la vida, comprobaremos que la sucesión de mo-mentos que la componen remite de forma directa al placer, el gozo, la tristeza o el dolor. Por ejemplo, el nacimiento de un hijo produce gozo en los padres; sin embargo, ese gozo es posterior al dolor del parto. Del mismo modo, la muerte sume en una pro-funda tristeza a los familiares del fallecido. En definitiva, reflexionamos sobre el bien del hombre en cuanto hombre porque quizá, hoy día, se toma demasiado en considera-ción el hedonismo, el confort, el placer y se trata a la tristeza como si fuese un senti-miento antinatural . Sin embargo, actualmente, los expertos saben que nuestra sociedad tiene el perfil de un grupo estresado , que sufre ansiedad, depresión, irritabilidad, inclu-so rabia o disminución de la estima de sí mismo...
Evidentemente, el placer y el dolor son pasiones; se trata de un cierto padecer propio del hombre. Es decir, son sentimientos que pueden ser tanto sensibles como espi-rituales . Uno de los motivos por los que es importante reflexionar sobre el propio hombre es porque gracias a ese estudio nos conocemos mejor a nosotros mismos. Esta curso es sólo un punto de partida desde el que cada quién debe mirar hacia dentro de sí y pensar qué es lo que está pasando actualmente con el ser humano y su propia natura-leza.
sue creature, quando l´esperienza quotidiana ci documenta che anche gli innocenti, i giusti che non hanno commesso nulla di male e quindi non hanno peccati da espiare, pregistrando un´esistenza cosparsa di sofferenze, di angosce e di travagli?”, Perotto, L., “La mistica del dolore nel Commento di S. Tommaso al Libro di Giobbe”, Divinitas, 46 (2003) 53.
“La enfermedad, al igual que la salud no es acto, sino disposición o hábito”, Q.D. De Malo, qu. 7, ar. 3, ra. 11. En rigor, el dolor es sumamente difícil de entender, porque parece la perdida del sentido. Cfr. Polo, L., "El sentido cristiano del dolor", en Sobre la existencia cristiana, Pamplona, Eunsa, 1996.
Ese dolor afecta en cierto modo a las personas más cercanas: “No cabe duda de que existe una cierta reciprocidad entre el que sufre y el que le acompaña. Ambos comparten un aspecto distinto pero completivo en el proceso del dolor”, Orellana, I., Pedagogía del dolor, Palabra, Madrid, 1999, 76. En la misma página la autora afirma que “la enfermedad siempre puede servir también como elemento catalizador para potenciar la unidad de la familia, o para reconciliar a sus miembros caso de que la convivencia estuviese resquebrajada”.
Fuster i Camp, I.X., Op. cit., 38.
S. Theol., I-II, qu. 18, ar. 8, ra. 1.
S. Theol., I-II, qu. 38, ar. 2, ra. 3.
Suárez, De passionibus, Disputatio I, Sectio VII, en Opera Omnia, vol. IV, 464.
Cfr. ST2, qu. 40, ar. 6, co.
Saranyana, J.I., “Sobre la tristeza”, Tommaso d´Aquino, nel suo settimo centenario, vol. 4, Edizioni domenicane italiane, Napoli, 1971.
Cfr. Tomás de Aquino, De Veritate, 21, Sobre el bien. Introducción, traducción y notas de J.F. Sellés, Pamplona, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Navarra, 1999.
Stern, A., Filosofía de la risa y del llanto, Imán, Buenos Aires, 1950.
Cfr. Varios, La depresión, Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud, Palabra, Madrid, 152.
Sellés, J.F., “Naturaleza y niveles de los sentimientos”, Pensamiento y cultura, 4 (2001), 75-86.
“Ese cortejo humano llamado los sentimientos”, Pensamiento y cultura, 6 (2003), 79-84.
“Los afectos del espíritu. Una propuesta de ampliación del pensamiento clásico”, Aquinas, (en prensa).
|
para descargar tu Certificado! |
|
|
|
|