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Usted se encuentra en su oficina realizando las tareas básicas de todos los días.
De repente suena el teléfono.
Atiende y escucha del otro lado la voz de su jefe que un poco alterado y nervioso le dice: “Necesito que haga una presentación sobre el nuevo producto que vamos a lanzar al mercado, y el único capacitado para hacerla es usted”.
Cuelga el teléfono y un mundo de sensaciones comienza a invadirlo. Desde el orgullo por ser el único calificado en la empresa para hacer esa presentación hasta el pánico total por no saber cómo hacerla.
Pero no se preocupe. Simplemente siga los consejos que a continuación le brindamos para que ese pánico desaparezca. Para ser sinceros, no hay mejor manera de vencer el temor que estar bien preparados para lo que vamos a decir.
Es como en todo orden la vida, cuanto más listos estamos y menos dudas sobre lo que vamos a hacer tenemos, mas posibilidades de no cometer errores y enfrentar a la situación sin sufrir un ataque de pánico tendremos.
Cuanto más cómodos estemos con nuestro discurso, mejor papel haremos en el momento crucial de la presentación. La regla más importante para hablar en público, entonces, es saber muy bien de qué se está hablando.
Quizás le suene obvio, pero lo cierto es que la mayoría de los oradores que tienen dificultades para hablar en público, no tiene tampoco una idea clara de lo que quieren transmitir a su audiencia. Luego, tenga en cuenta los siguientes puntos: Comience por relajarse Lo más importante será que comience a relajarse. Descargar tensiones es muy importante para que sus palabras salgan fluidas y usted no esté tenso cuando finalmente se pare frente a la audiencia.
Todas las personas sienten un cierto miedo escénico antes de salir a hablar frente a una cierta cantidad de público. El que realmente no lo siente es porque no está capacitado para hacerlo.
Lo único importante es saber qué es lo está sintiendo y poder manejarlo. Sobre todo, acepte la sensación de temor (no intente negarla o ignorarla), pero sin preocuparse por ella.
Cuando vea que comienza a sentir nervios, no tenga “miedo a tener miedo” (eso solo hará que se sienta peor).
En lugar de ello, reformule lo que siente: no piense que es algo malo, tómelo solo como el momento de aceleración del motor antes de que den bandera de largada.
a. Si puede encontrar un lugar para estar arriba solo, de pequeños saltitos o pise muy fuerte con cada pie para descargar tensiones, y no estar demasiado excitado.
b. Sacuda las manos y apriete y descomprima los puños repetitivamente. Esto le evitará que sacuda sus manos demasiado. Si cree que podría temblar, simplemente apóyese en el escritorio o en el podio mientras habla.
c. Cuando no lo vean, saque la lengua, abra los ojos y abra también la boca todo lo que pueda, y entonces haga lo inverso para achicar la cara todo lo posible. Todo esto le relajará los músculos de su cara entera.
d. Respire profundamente y haga un sonido pequeño, como tararear, durante su exhalación, para tranquilizarse y además calentar su voz.
e. Imagínese en un lugar ideal, seguro, soñado. Nada lo puede dañar mientras esté en medio de ello. Intente mantener esta imagen mientras esté sobre el escenario.
Esto es lo relacionado con lo estrictamente físico. Ahora, por el lado de lo psicológico, un truco que puede resultar especialmente útil (y dejando de lado el de imaginarse a la audiencia desnuda, que ha sido comentado en toda serie y programa de televisión habido y por haber) es pretender que uno se encuentre solo, en frente de un espejo, sin publico, simplemente haciendo un ensayo de lo que se va a decir.
Otra manera efectiva de combatir el temor Una manera eficaz de quitarse de encima esa sensación de miedo escénico antes de salir a dar una presentación es la visualización.
¿En qué consiste? : Recuerde un acontecimiento del pasado que le cause emociones positivas.
Por ejemplo, cuando se enamoró por primera vez, el nacimiento de su hijo, un ascenso en el trabajo, o cualquier otro hecho que le cause placer.
Trate de acordarse de todo lo que pueda de ese momento, ya sea los recuerdos visuales, auditivos, sentimientos físicos, etc.
Seguramente se sentirá mejor antes de salir “a escena”, y todo con un simple proceso de recuerdo.
Este proceso es la base de la visualización, que se puede utilizar tanto para lograr un alto grado de concentración como para cambiar el estado mental y anímico ante una situación determinada.
La visualización efectiva no es más que una manera de convencer al cerebro que algo imaginado es real.
Cuanto más vívidos sean nuestros recuerdos más plenos nos sentiremos.
Pero debe tener en cuenta que la visualización no funciona si usted trata de creer algo que realmente es imposible de realizar o que jamás haya vivido.
A medida que vaya desarrollando esta capacidad de visualización positiva notará como mejorará su autoestima y su seguridad a la hora de hacer una presentación.
Manos a la obra
1- Márquese objetivos realistas, y vaya trabajando los mismos a medida que se va convenciendo de que son posibles.
2- Concéntrese en usted mismo, en sus lo que hace y en lo que siente.
A medida que el momento de la presentación se va acercando, imagínese (es decir, “arme” una imagen mental) a usted mismo dando una presentación cada vez mejor, segura y sin temor.
3- Repítase que se esforzará al máximo en esta presentación, que todo va a resultar bien, y que usted se merece que sea un éxito.
4- Intente imaginar todas las imágenes y sensaciones positivos posibles sobre su papel en la presentación.
Aunque parezca una tontería (muchos piensan así al leer esto por primera vez) o se sienta extraño al comenzar a realizarla, a medida que la practique con regularidad se sorprenderá por el grado de confianza en usted mismo que le permitirá lograr esta técnica.
Una manera efectiva aumentar el poder de este ejercicio, es familiarizarse con el lugar donde usted va a hablar.
No siempre es posible lograr esto pero si usted tiene la posibilidad de conocer el lugar donde va a hacer su presentación, no lo dude y conózcalo previamente.
Camine por el lugar, fíjese cuantas sillas tiene, haga lo que sea necesario para que su visualización sea más completa aún.
Una vez que empiece a utilizar esta técnica con regularidad, notará grandes cambios en su mente y en su alma, y al cabo de unos días ese pánico inicial que usted tenía se transformará en ansiedad por llevar a cabo esa presentación exitosamente cuanto antes.
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