Para lograr esto primero debe creer en sus logros, tener una autoestima alta, un sentido de pertenencia y de identificación con su público y seguridad en lo que dice.
Lo esencial es saber cómo ganarse la credibilidad de su audiencia. Esto lo logrará simplemente siendo honesto y poniéndose al nivel de su público, sin subestimarlos y respondiendo todas las preguntas por igual aunque algunas le parezcan tontas.
Sobre todo, ¡no les “tire el currículum” por la cabeza! Usted podrá tener las mejores calificaciones profesionales, pero de nada le servirán si las usa para establecer su superioridad sobre su público, o para afectar su autoestima (la del público).
La gente no es tonta y nota si usted en realidad no se interesa por lo que va a decir, y más aún si percibe que usted no se interesa por ellos.
Dar referencias
A veces es necesario construir un puente entre los hechos ya conocidos por su público y los datos nuevos que usted viene a proporcionarles.
Para ello:
1- Despeje cualquier falsa idea o expectativa en forma explícita, y cree que la impresión de que todos están allí por el mismo motivo.
2- Ayúdelos a relacionar los conocimientos que ya tienen, o su experiencia previa, con la nueva información que va a proporcionarles
3- Dígales lo que les contará
Y, en el transcurso de la presentación
1- Cuénteselo
2- Dígales lo que ha contado, y por qué lo ha hecho
Muchas veces, otra gran estrategia es proporcionarles de antemano la duración de su presentación. De esta manera usted prepara a la audiencia, que ya sabe cuanto tiempo va a tener que “soportarlo”. Nunca se explaye más de lo acordado, ya que esto quitará credibilidad a sus dichos.
Olvide el NO
Lo último y lo más importante es nunca empezar una frase con la palabra “NO”.
De esta forma siempre sonará que usted es muy negativo o que hará lo contrario a lo que propone.
Por ejemplo si usted empieza diciendo: “no vengo a pedirles que hagan esto” lo primero que se les cruza por la cabeza a las personas que lo escuchan es que en realidad usted está intentando persuadirlos a que lo hagan.
Por eso, si usted quiere que la audiencia no piense algo no lo diga. Al decirlo queda en claro que usted trama lo contrario y de esa manera lo único que va a lograr es un descrédito general.
Sáquese el “NO” de la cabeza. Sea positivo y honesto.
Cuando les hable de frente y con franqueza la audiencia lo sabrá apreciar y se lo hará saber prestando atención a lo que usted diga.
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