Grandes discursos han sido realmente breves. Su recuerdo se alarga a través del tiempo, pero en el momento de su presentación no duraron mas de unos poco minutos.
¿Qué los hizo tan impactantes? La selección de palabras, la búsqueda conciente de efectos y emociones, la dedicación a su escritura. Un breve fragmento de cinco minutos puede necesitar horas de escritura para quedar perfecto, para influir en cada fibra del ser que lo escucha en la forma exacta en que busca influir el autor del mismo. +
Escribir un discurso es prácticamente una forma de arte, que requiere de ciertos conocimientos, así como de dedicación, creatividad y mucha inteligencia para poder usar cada recurso en la forma correcta y en el momento en que causara el mayor efecto.
Por ello, estos son algunos consejos que, bien utilizados, pueden asegurar que nuestro discurso sea recordado por mucho tiempo.
Consejo 1
El proceso de escritura es largo y nada simple. No es simple cuestión de escribir las palabras como van apareciendo en nuestra cabeza, sin prestarle demasiada atención, suponiendo que la fuerza del mensaje sola es suficiente o, aun peor, suponiendo que la primer idea que se nos ocurre es siempre la que mejor transmite lo que queremos decir.
El material debe no solo escribirse, sino re-escribirse todo lo que sea necesario. No es simple amontonamiento de palabras lo que buscamos, sino formación de ideas y transmisión de imágenes mentales. Por lo tanto, todo tiene que sonar perfecto y en su lugar, cumpliendo su función, para que no sea un desperdicio de tiempo y atención.
Algo que deberíamos tratar de evitar es la utilización de un lenguaje que haga muy complicada la correcta pronunciación o nos fuerce a pensar demasiado antes de decir algo. Las palabras “difíciles” no ayudan a que se nos haga simple la tarea de dar un discurso. Tampoco lo hacen los términos excesivamente técnicos o particulares.
El lenguaje debería ser simple, casi coloquial, y nunca debemos abusar de las oraciones complicadas o las imágenes lingüísticas demasiado extensas y rebuscadas. El discurso es un soporte sonoro, por lo tanto es más difícil de seguir que la palabra escrita, ya que el no escuchar bien una palabra (o no ser capaz de ponerla inmediatamente en contexto), arruina inmediata e irremediablemente la transmisión de la idea.
Por supuesto, si estamos dando un discurso en un ambiente que necesita del lenguaje técnico o las frases floridas, debemos hacer uso de ellas.
Escribir y re-escribir el discurso hasta que este suene perfecto es el primer paso vital a seguir.
Consejo 2
Es importantísimo utilizar imágenes descriptivas en nuestro discurso, para forzar las ideas en la mente de los receptores. Debemos penetrar en sus cerebros y mostrarles directamente lo que estamos tratando de transmitirle a través de las palabras. La creación de una imagen mental de lo que estamos diciendo es un pequeño triunfo del que podemos sentirnos orgullosos.
La verdad es que a la gente le gusta mas pensar en imágenes que tener que trabajar directamente con conceptos. Las comprenden mejor y hacen que todo parezca más simple. Así que, como se dice vulgarmente (y como ya dijimos en otro articulo) démosle a la gente lo que la gente quiere.
Eso si, mantengamos el consejo numero uno en mente y no utilicemos imágenes mentales excesivamente complicadas y difíciles de transmitir en una pocas palabras.
Consejo 3
¡Las estadísticas son malas!
Bueno, no realmente. No es que sean malas per se, sino que el exceso de estadísticas pondrá a dormir a cualquiera. Los números son fríos y no conjuran imágenes. A nadie le gusta escuchar una sarta de números interrelacionados. Y aun menos si no tenemos forma de seguirlos cómodamente o si son vitales para comprender lo que se nos dice y nos fuerzan a un ejercicio mental altamente molesto.
Por lo tanto, a menos que queramos disgustar y, eventualmente, poner a dormir a toda nuestra audiencia, deberíamos evitar las estadísticas en todo lo posible y solo usarlas para remarcar algún beneficio o como comprobación, nunca como fuente de transmisión en si misma.
Consejo 4
Siguiendo en la misma línea del consejo anterior y conservando en mente que si logramos mantener a nuestra audiencia entretenida mas atención nos prestaran y más efectivo será nuestro discurso, el humor es un potente arma a nuestro servicio.
No solo eso, sino que el humor puede, a través de una pequeña broma o anécdota, ser muy efectivo a la hora de fijar un punto o hacer que algo sea recordado. En general, no recordamos diálogos de una película o de una entrevista serios, pero si recordamos los toques de humor que esta pueda haber tenido.
Además, el humor ayuda a liberar tensiones, con lo cual nos puede servir para relajarnos y superar alguna inseguridad que podamos tener o superar algún error que hayamos cometido.
Para esto, podemos usar chistes cortos o contar anécdotas de nuestra infancia o juventud (o aun de nuestra adultez, lo que sea que resulte conveniente) que se relacionen de alguna forma con el tema del discurso o con algo que se haya dicho. También remarcar algún error propio con un rápido comentario o ingeniosa broma es una efectiva forma de evitar que nuestros traspiés tengan un efecto negativo en la forma en que el discurso es recibido. Principalmente, demostrar que no nos tomamos a nosotros mismos demasiado en serio puede poner a la gente de nuestro lado.
Eso si, siempre tengamos en cuenta a que publico nos estamos enfrentando y como puede reacciona ante determinado chiste u ocurrencia. Si hay alguna posibilidad de que alguien se sienta ofendido o realmente molesto por lo que decimos, de que sienta que nos reímos de él y no con él, entonces no deberíamos hacer el chiste.
Consejo 5
Si nuestro discurso, como es muy posible que suceda, apunta específicamente a lograr un objetivo, sea una venta o el conseguir fondos para una organización (o cualquier otra cosa) debemos incluir en nuestras palabras información pormenorizada del tema del que estamos hablando y de cómo afecta a nuestra audiencia y sus necesidades.
Lo más probable es que podamos olvidarnos del triunfo si no podemos hacer ver a nuestra audiencia que el tema del que estamos hablando los toca directamente de alguna forma.
Para aprender las técnicas de creatividad que pueden ayudarlo a escribir la mejor de las presentaciones, por favor refiérase al bonus 6: Técnicas de creatividad.
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