Relevancia
Mantengamos, sin embargo, una cosa en mente: no estamos presentando un espectáculo humorístico, la intención no es divertir a una audiencia, no nos pagan por eso, sino que nos pagan por conseguir trasmitir un mensaje, por ofrecer y vender un producto, o por lograr que esa audiencia vea los beneficios de un determinado servicio.
Perder el rumbo, el sentido de lo que estamos haciendo y pasar a ser graciosos tan solo por el hecho de ser graciosos es inutilizar todos los esfuerzos que hemos hecho para llegar a dar esa charla. No estamos interesados en que se rían con nosotros, sino que entiendan e interioricen lo que les estamos diciendo.
Por lo tanto, si los chistes que estamos haciendo y el humor que estamos utilizando no se relaciona con lo que decimos, no tiene relevancia para conseguir nuestro objetivo, entonces lo mejor es directamente no utilizar el humor. Este tiene que ser siempre una herramienta, nunca un fin en sí mismo.
Consejo número ocho:
El final
Bien, hemos llegado al último consejo. Que, en realidad, más que un consejo es un comentarios general sobre lo que vimos.
Uno de los grandes problemas que tiene el humor, de las grandes contras que hace que no sea tan utilizado como debiera es que la gente no lo toma en serio. Irónico, ¿no?
El humor suele aparecer asociado con la frivolidad, especialmente por aquellas personas que se sienten demasiado importante como para reírse, que suponen que estar serios absolutamente todo el tiempo es la forma de demostrar que son personas que hacen lo que tienen que hacer, personas responsables y de gran habilidad para los negocios. Esto es un razonamiento totalmente estúpido. Tener la capacidad de reírnos y de hacer reír nos da mayor cantidad de armas para enfrentarnos a todo lo que pasa en la vida, incluido los negocios y los problemas que el vivir acarrea. Las situaciones limites son más fáciles de enfrentar con un chiste. Esto es una verdad que es muy difícil de discutir.
Pero bien, si somos una de estas personas, el consejo es no dejarse cegar por preconceptos y ser capaces de dejar de lado la cerrazón mental, para intentar aprovecharnos de las facilidades que nos da el humor para entrar en una audiencia. A la gente le gusta ser entretenida, aparte de que se le de un mensaje que les sirva, y esto es algo que deberíamos usar siempre que podamos en nuestro beneficio. Pensemos si estas ventajas no valen lo suficiente la pena como para dejar, al menos por el rato que dura una presentación, tanta seriedad de lado.
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