1. Introducción
Hay relaciones y situaciones en la vida de cada uno, a cualquier edad (relaciones familiares, laborales, de pareja, con otras personas, con el estudio, con alguna sustancia, con la comida, con algún órgano o función del propio cuerpo, con el dinero, etcétera.) que son sostenidas de manera problemática o con dificultad y vale la pena someterlas a análisis para resignificarlas y construir otra manera de hacerles frente, lo cual en sí mismo, constituye un valor curativo. El método que permite realizar tal tarea se denomina “psicoanálisis o psicoterapia”.
2. El invento de Freud
Sigmund Freud es el inventor y fundador, del psicoanálisis. Médico judío austriaco nacido en 1856, fue un hombre entusiasta, de espíritu perspicaz, con una gran cultura y una notable capacidad para sintetizar y exponer no sólo de manera clara sino con reconocida calidad literaria, las ideas más complejas que desarrolló sobre el ser humano.
Freud inventó la palabra psicoanálisis, que literalmente quiere decir “análisis del alma”, o en sentido más amplio: de la psique, término de origen griego que engloba la idea de mente y de espíritu, pero que de ninguna manera se reduce al cerebro ni a ninguna otra parte o función biológica de un ser humano.
Para llegar a la invención de esta palabra y al método de investigación psíquica al que refiere, como cualquier inventor, Freud tuvo que trabajar arduamente, enfrentar los duros prejuicios de su época y nutrirse de los hallazgos de otros colegas, médicos y pensadores, con quienes discutió, compartió e intercambió los suyos propios.
Desde que Freud descubrió las posibilidades teóricas y curativas de su invento ―poco antes de que acabara el siglo XIX―, y hasta poco antes de su muerte a los 83 años de edad en 1939, se dedicó a pulir el concepto y sus sutilezas, a desarrollar el método y a fundar una escuela, es decir, un grupo de pensamiento que compartiera los fundamentos del psicoanálisis y que se dedicara a la tarea de continuar desarrollando la técnica, transmitiendo la enseñanza a aquellos que estaban dispuestos a analizarse, y eventualmente, a convertirse también en “psicoanalistas”.
En la actualidad existen muchas personas que estudian, practican y siguen desarrollando el psicoanálisis como método de cura o tratamiento del malestar psíquico.
Como es natural, cuando se trata de un tema tan complejo como es el “alma humana”, aunque se comparten algunas ideas básicas, existe una gran variedad de enfoques, lo cual ha dado lugar a la formación de subdivisiones y surgimiento de nuevas escuelas, según la línea de pensamiento que las sustenta.
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