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Este es un paso que sin duda, muchas veces las personas arrepentidas, no se atreven de dar el paso, y prefieren ocultar a toda costa su error, y mientras no se sepa mejor, y aunque hay momentos en que desean confesar la falta y así quedar libres, el sólo hecho de imaginárselo, les llena de temor, preocupación y ansiedad, y muchas veces optan por posponer la confesión, pero muchas veces en ese proceso de posponer y posponer, sin poder detener las consecuencias, muchas veces la infidelidad es descubierta antes de que la persona haya podido confesarle a su pareja que le era infiel, de que estaba arrepentido, y de que le costaba decirlo por miedo a perder su amor.
Muchas personas, se han atrevido a confesar, pero no han sabido cómo hacerlo, y entonces en vez de confesar el error, y tratar de darle tiempo a la persona herida, para que intente aceptar la situación, y recuperarse del shock emocional que produce tal confesión, cometen el error de decir, "te fui infiel, pero tú tienes la culpa porque tú…." Y esta acción, no conduce a buenos resultados, al contrario empeora la situación. Además, otros, empeoran estas circunstancias, comparando a su conyugue, con la pareja con quienes le han engañado, " Es que tu no haces esto, pero tal persona sí", "Es que no soy feliz a tu lado, pero con esta persona sí", otros aún peor empiezan a comparar la manera de hacer el sexo con esta y la otra persona, eso es lo peor que se puede hacer cuando uno quiere reparar el daño ocasionado por una traición, y uno es el culpable de infidelidad, e intenta culpar al conyugue herido.
Analizando un poco estos ejemplos, e incluso otros muchos que han sido más dañinos sus efectos a partir del momento de una confesión mal encaminada, es que debemos hacernos unas preguntas:
- ¿Cuál es la razón de mi confesión?
- ¿A quién quiero de verdad a la persona herida, o a mi pareja con quien he sido infiel?
- ¿Mi intención de hacer mi confesión es para reconocer mi error, o para culpar al otro de mi error?
- ¿Es justo que si a esta persona la herimos con nuestra infidelidad, le añadamos más dolor, creándole una culpa adicional por lo que ella no ocasionó, aunque creamos que tenga la culpa en alguna medida?
- Nos estaremos Confesando para cambiar la circunstancia, y acomodar lo que hicimos mal o para atacar al conyugue, por nuestra debilidad y falta de madurez, de no haber sabido resolver el asunto sin necesidad de serles infieles?
- ¿La Infidelidad ayudó de algo al matrimonio? ¿Acaso no fue un error nuestro, por ignorancia al creer que era la solución?
La Confesión debe hacerse lo más pronto posible, y no permitirnos dejar que pase tanto tiempo ocultando una infidelidad, y mucho menos pasar tanto tiempo siendo infieles, porque aunque la confesión, es para tratar de reparar el daño, mientras más tiempo pase para la confesión, y mientras más tiempo dure el tiempo de infidelidad, mas difícil será tratar de curar la herida, que tal situación haya causado.
Hay otro aspecto, que cabe resaltar, no se vale hacer promesas al momento de la confesión, por ejemplo: "Te prometo que no volverá a pasar" Es importante decir, estoy muy arrepentido y no quisiera que volviera a pasar, porque no quiero volver a hacerte daño nunca más, pero decir, te prometo que jamás volverá a pasar, es una idea, que cuando se está muy herido, cuesta asimilarla y creerla, ya que la persona herida está muy vulnerada en este momento, y siente una confusión, y ya no sabe qué hacer, y sobretodo no sabe si perdonar o no, porque tiene miedo de que se lo vuelvan a hacer, y aunque se lo prometan que no volverá ocurrir, este miedo persistirá hasta que vuelva a empezar a recuperarse la confianza entre ambos, y ese es un proceso no tan sencillo, a veces tarda un tiempo en lograrse.
Hacer la confesión, también requiere de mucha prudencia, no todo se debe contar con todos los detalles, mientras más detalles íntimos se confiesen más difícil será sanar la herida, porque los recuerdos estarán allí haciendo efectos en la persona herida, pero si es necesario, contar las cosas importantes, acerca de esa relación, sobretodo los detalles que realmente sean necesarios contarlos, y aclarar dudas, pero lo que no sea necesario, por el bien de la persona herida es bueno no hacerlo, y sobretodo no tocar el tema a cada instante, salvo la persona herida, se sienta cómoda preguntando acerca del asunto.
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