La consecuencia directa de la tristeza en el hombre es la huida interior de aquel objeto que produce tristeza.
Por tanto, todo ser humano de forma natural rechaza aquel objeto que le produce malestar y persigue aquel objeto propio de deleite porque agrada. El conflicto surge cuando existen realidades que provocan tristeza de las que el ser humano no puede huir.
Es el caso de la enfermedad o la muerte que se opone al deseo de supervivencia y eternidad que todo hombre lleva dentro de sí mismo. Por tanto, existe un tipo de tristezas de las que el hombre puede huir y sobre las que el ser humano tiene su parte de responsabilidad (como queda de manifiesto en ejemplos como la droga o cualquier tipo de adicción). Por esta razón, el hecho de no huir de cierto tipo de adicciones también muestra un conflicto interno que pretende ser acallado a través del objeto adictivo.
El ser humano puede tener más adicciones y manías de la que aparentemente cree, ya que, hoy día, se conoce que el hombre puede tener también obsesión por la limpieza y el orden, además de que han proliferado las enfermedades que surgen como consecuencia de desórdenes alimenticios. La alimentación por naturaleza, a parte de ser una necesidad biológica, también es un elemento que produce placer puesto que la comida agrada al sentido del gusto.
Además, la comida también tiene una connotación social de alegría en tanto que toda celebración se asocia con un banquete entre amigos. Sin embargo, como queda de manifiesto en enfermedades como la anorexia y la bulimia la comida también puede constituir un elemento de tristeza no sólo para el enfermo sino también para la familia que acompaña y cuida del paciente.
Existen asuntos en la vida que son inevitables y por tanto no son objeto de la voluntad humana. Aceptar esta realidad es un principio básico de la felicidad. Sin embargo, existe otro orden de hechos que sí recaen bajo el dominio de la voluntad humana. Por tanto, el hombre debe aprender a aceptar lo inevitable y centrarse a nivel voluntario en aquello que es evitable. Alejándose de aquello que no le conviene y eligiendo aquello que es bueno en sí mismo.
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