Cuando estamos de buen humor, cuando nos reímos, disfrutamos de una forma que no disfrutamos en otras circunstancias. Nos sentimos “bien”, algo que no siempre es fácil de lograr.
La risa es contagiosa
Lamentablemente, a diferencia de las enfermedades, los remedios y los tratamientos no son contagiosos, sino que cada uno debe seguirlos por su cuenta y con toda su fuerza de voluntad. Pero la risa si es contagiosa. Si alguien se ríe de algo cerca nuestro y lo encontramos gracioso, nosotros también nos reiremos. Y se producirá una retroalimentación que hará que cada vez nos riamos más y que se nos haga muy difícil detenernos. ¡Es, con toda probabilidad, el tratamiento más simple de seguir del mundo! Me gustaría ver que alguna vez inventen un jarabe para la tos que haga eso.
El humor es universal
Es un tratamiento al que todos podemos acceder, porque todos los seres humanos nos reímos de ciertas cosas. Es más, hay muchas cosas que son tan graciosas para un norteamericano como para un argentino o un habitante de la China. Si bien cada sociedad tiene preferencias por cierto tipo de humor, también hay ciertas cosas que forman una especie de idioma universal del humor al que todos podemos tener acceso por igual.
El humor es gratis
Las medicinas son costosas. Por suerte, la risa no. Es algo intrínseco al ser humano y, por lo tanto, nadie puede cobrarnos por reírnos. Es lo más democrático que existe, es el único tratamiento que absolutamente todas las personas del mundo pueden seguir. Y tal vez esta sea su mayor ventaja.
Reducción de las hormonas del estrés
Sobre esto solo haremos un muy breve comentario, ya que lo veremos con mucho más detalle en un articulo posterior.
La risa actúa reduciendo al menos cuatro de las hormonas neuroendocrinas que normalmente están asociadas con el estrés en los seres humanos.
Bien, esta es una breve introducción a los temas que iremos desarrollando en las demás notas. En la próxima ya veremos más en detalle como funciona el humor y como actúa sobre el organismo.
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