La palabra chakra proviene del sánscrito, y quiere decir “rueda giratoria”. Un chakra es un vórtice energético cuya misión es recoger y soltar energía en nuestro cuerpo.
Del mismo modo que en el cuerpo físico existen venas o arterias, en el cuerpo energético existe también el equivalente a estas venas o arterias: reciben el nombre de “nadis”.
Los nadis son circuitos energéticos que transportan energía vital a través de nuestro cuerpo energético. Cuando dos ó más nadis se cruzan en su recorrido, la energía mezclada forma un chakra.
Cada chakra lleva implícito en su naturaleza un aspecto de nuestra conciencia.
Según la doctrina del yoga, existen 74 chakras, siendo 7 los principales. Estos 7 chakras principales representan 7 niveles de conciencia. Cada uno de ellos se vincula en el plano energético con una glándula del cuerpo físico. Más allá del plano energético siguen actuando en los diferentes cuerpos sutiles que conforman el aura.
De los 7 chakras principales, 5 tienen dos expresiones o aspectos: el anterior o frontal, y el posterior o trasero.
Los chakras de las manos, pese a no ser chakras principales, son muy importantes en TSH, puesto que el sanador trabaja a través de ellos, llevando la energía entrante desde nuestra coronilla hasta el chakra cuarto, del corazón, y luego por los brazos hasta los chakras de las manos, impregnando así sus manos de amor personal de este cuarto chakra.
En TSH, se tienen en cuenta los aspectos anterior y posterior de los chakras, puesto que el proceso de limpieza y reajuste de éstos se realiza a través del canal energético que vincula unos con otros.
Este canal se denomina “Órbita Microcósmica”.
|