La Órbita Microcósmica es el principal recorrido energético de nuestro cuerpo.
Se inicia en la base de la columna, sube por el canal posterior del cuerpo atravesando cada uno de los aspectos posteriores de los chakras, llega hasta la parte posterior de la cabeza, y de ahí va al cerebro, sube hasta la coronilla y desciende posteriormente por la frente hasta llegar al paladar. De ahí, a través de la lengua, baja hasta la garganta, pecho, plexo solar, centro hara, y de nuevo a la base de la columna.
Este circuito se corta, por ejemplo, cuando hablamos. Por eso el silencio es una de las terapias que más favorecen la ascensión y toma de consciencia.
El flujo de energía en el humano es, por la parte posterior del cuerpo, ascendente, y por la parte anterior, descendente, y define las cualidades de los aspectos de los chakras.
Así, mientras en la parte posterior vamos elevando hacia el cielo lo que cogemos de la tierra, en la anterior bajamos a la tierra lo que recibimos del cielo.
Por lo tanto:
– Los chakras posteriores, en energía ascendente, representan el potencial en vías de liberación.
– Los chakras anteriores, descendentes, representan la realidad suprema en recorrido hacia la plasmación, y comunicación con la materia y el entorno.
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