Hay personas que supuestamente no odian, según ellos no son orgullosos, y aparentemente no tienen temor a nada, ni a nadie, pero la amargura, los esta deteriorando todos los días, este tipo de personas, logran tener amistades, casarse y mantener matrimonios duraderos y tener hijos, pero todo a su al rededor lo vuelven un caos, como producto de sus amarguras, sus frustraciones se las transfieren a todo el que le rodea, no pueden conversar con sus hijos, conyugues, amigos, compañeros de trabajo y de estudio, sin que en sus temas de conversación, haga un desahogo, referente a sus penas, heridas y frustraciones.
Este tipo de personas es peligrosa, porque aunque aparentemente no contraatacan a nadie, siempre están con mal humor, la vida no les sabe a nada, nunca encuentran algo bueno en las cosas de la vida, no valorizan a las personas maravillosas que tienen al lado, y al final terminan amargando a todos los que se involucran con ella, o simplemente reciben rechazo tras rechazo, porque nadie quiere estar junto a ellas, y esto les genera mayores razones para tener nuevas amarguras.
Este tipo de persona no sabe ni dar, ni recibir afecto, y esto desencadena mayor déficit de amor, cariño y ternura en los que les rodean, y en ella misma cada día crece esa necesidad de afecto, pero lejos de buscarlo, esta persona se queda sin recibir manifiesto de afecto, porque su amargura, le impide a otros acercarse a ella.
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