Dime qué crees y te diré como piensas y cómo son tus sentimientos. El que cree en Dios razona todo a favor de la existencia de Dios, el ateo razona todo a favor de la inexistencia de Dios. El que cree en Dios siente que hay un ser superior que puede respaldarlo en cierto momento o en los problemas, el que no cree siente que está en el mundo sin un ser supremo que pueda ayudarlo en sus problemas.
¿Has escuchado el típico caso de la chica que tiene un novio que no le conviene, del cual sus amigos y sus papás le dicen que no es el correcto, pero ella como está enamorada CREE que sí es el indicado, y lo CREE tanto que ninguno de los razonamientos de padres y amigos la convence?
En el ejemplo que puse en el punto 09, sentirías miedo porque crees que vas a caer. Tus creencias son la base de tus sentimientos y de tus razonamientos. Sientes y piensas según lo que crees.
Por eso, si crees que eres un tonto, te sentirás como un tonto, y pensarás como un tonto.
Si crees que vales mucho, te sentirás de gran valor y pensarás como alguien de valor. Si piensas que eres exitoso, te sentirás como exitoso y pensarás como exitoso, aunque no sea cierto. No importa si lo eres o no, si tú lo crees, lo serás. Recuerda que lo que crees, esa es tu realidad.
El problema es que las creencias se hacen a base de experiencias y no son fáciles cambiarlas. Si has reprobado 10 exámenes seguido es obvio que empieces a creer que no eres bueno en la escuela. Yo te puedo decir que eres muy bueno en la escuela, pero como ya reprobaste 10 exámenes no me vas a creer. Aquí está el asunto problemático. ¿Cómo cambiar las creencias?
Ten paciencia, avanzaremos poco a poco.
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