Nos ponemos en el suelo en una colchoneta, boca arriba, brazos a los costados del cuerpo.
Cerramos los ojos, vamos relajando el cuerpo, e inspirando profundamente
pensamos en lo mas hermoso que tenemos: una flor, un paisaje ,un cuadro.
Comenzamos un viaje imaginario: estamos a la orilla del mar y tenemos una canoa con la que salimos a remar.
Miramos hacia el cielo y una lluvia brillante nos baña, seguimos remando. Más adelante están unos ancianos haciendo tai-chi, al frente una gran arboleda llena de pájaros.
Seguimos remando y más adelante encontramos buscadores de perlas. Los miramos como entran en el agua y luego salen sacando sus perlas.
Seguimos remando, miramos hacia el cielo y una lluvia brillante, nos baña.
Inspiramos y exhalamos, y seguimos remando. Vemos unos barcos pesqueros
que están adelante nuestro. Cuando levantan sus redes, al darles el sol
brillan de todos colores.
Luego seguimos remando y llegamos a una cascada. Damos la vuelta despacio, y comenzamos a volver.
Pasamos los barcos pesqueros, los buscadores de perlas y por último los ancianos haciendo tai-chi.
En la arboleda se escuchan los pájaros, al llegar al lugar de partida
miramos hacia el cielo y una luz dorada nos baña y damos gracias a Dios por el camino recorrido.
|