Más allá
y bastante más acá del clásico
té de las five o´clock, el de la
Camelia sinensis es un mundo para explorar a
toda hora y en cualquier circunstancia: para
entrar en calor si se tiene frío, refrescante
si hace calor, animarse si se está deprimido,
o calmarse si tensionado.
Conocido como infusión; y por conocerse,
también, como ingrediente de recetas:
arroz Earl Grey a las finas hierbas, chuletas
de cordero al té, gambas fritas al té
de jazmín o salmón con arroz al
té japonés, entre otras disponibles
con sólo cliquear en www.teandco.com.ar
T&Co y La corte, dos nuevos reductos porteños,
tienen qué ofrecer al respecto. El primero,
con más de 30 variedades de té
negro, verde, mezclas y saborizados desde su
página en Internet ( com opción
directa de compra) o a través del showroom
en Barrio Norte, que no es salón de té,
pero dispone de cómodas mesas para degustar
antes de decidir la compra. Allí se destacan
los nidos prensados trucha, un té negro
de origen chino que se ralla como si fuera nuez
moscada sobre el agua; las bochas de Bai mu
dan, un té verde que en contacto con
el agua se expande como una esfera; o las Silvering
balls, pequeñas bolitas hechas a mano
con hojas enrolladas longitudinalmente que toman
la forma de crisantemos una vez en agua. Además,
accesorios como coladores de bambú o
plata, infusotes de metal o porcelana, cucharas
artesanales para medir y desechar el polvillo,
y 22 opciones diferentes de cajas de regalos.
Entre otras claves para disfrutarlo mejor, Iris
Benjamín y Noemí Zlochisti, anfitrionas
del lugar, asesoran sobre los distintos productos
y recuerdan algunas claves de sibarita: el agua
(según el caso debe estar entre 75 y
90 °C), el tipo de tetera ideal de acuerdo
al té, el tiempo de infusión (las
hojas grandes requieren más de 5 minutos),
y cómo escaldar a apropiadamente una
tetera.
Por las dudas, cada tipo de té viene
con una tarjeta con recomendaciones específicas
para disfrutarlo en su mejor estado.
Para tomar en el lugar o llevar, en La Corte
hay una docena de alternativas de blends, además
de la vajilla apropiada. Entre otras tentaciones,
las hay ricas en antioxidantes y vitamina C,
refrescantes y tónicas. Pero también
con historia, como el chai y su receta milenaria
de la India, con clavo de olor, canela y jengibre,
servido por los chaiwallas, “dueños
de una de las sonrisas más lindas que
se puedan ver”.
-“Revista” La Nación. 22/06/2001-
|