El glicoalcaloide tomatina tiene propiedades antifúngicas por lo que se utiliza para fabricar ungüentos útiles para combatir enfermedades de la piel producidas por hongos. Un híbrido de L. Esculentum x pimpinellifolium, buen productor de este alcaloide, se utiliza para la obtención de la tomatina.
La pulpa del tomate es ideal para preparar mascarillas contra las espinillas. La piel del tomate madura los forúnculos cuando se coloca directamente en la zona afectada, así como para cualquier grano infestado de la cara, consumido en sopa es bueno para las anginas, aliviando el dolor y utilizado como cataplasma ayuda a mitigar los dolores de lumbago.
Para los problemas de próstata es aconsejable consumir mucho tomate en ensalada acompañado de coliflor, escarola y rábanos pero evitando el consumo excesivo de grasas animales, café, especias, y alimentos picantes.
Actualmente los científicos han descubierto que el licopeno que es un pigmento de la familia de los carotenoides, responsable del color rojo característico de los tomates, y donde se encuentra casi en forma exclusiva, es un compuesto soluble en grasas que no forma el hombre en su organismo, sino que se debe obtener a través de la alimentación y que previene contra el cáncer, sobre todo de pulmón, próstata y tracto digestivo. Los expertos recomiendan ingerir entre tres y siete miligramos de licopeno al día, lo que supone consumir alrededor de siete comidas ricas en productos derivados del tomate por semana. Este pigmento actúa como protector de las células ante los efectos de la oxidación.
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