Para realizar
este ejercicio, deberemos primeramente arrodillarnos
en el suelo, poniendo los pies separados; seguidamente
iremos bajando el cuerpo lentamente hasta conseguir
quedarnos sentados entre los dos pies junto a
los talones.
Posteriormente,
ayudándonos con los brazos y los codos,
trataremos de tirar todo el cuerpo hacia atrás,
estirado hasta que consigamos tocar el suelo
con el punto en donde se une la cabeza con las
vértebras cervicales (el occipucio).
Colocaremos entonces las manos sobre la nuca
y comenzaremos a respirar lentamente intentando
mantener esta postura todo el tiempo que nos
sea posible recordando siempre que en los ejercicios
de yoga nunca debemos esforzarnos estirando
demasiado tiempo para evitar crear una tensión
en el cuerpo.
Durante el ejercicio
debemos fijar nuestra concentración mental
en la región del pecho a la altura del
corazón y hacia la región de la
altura del ombligo.
Podemos realizar el mismo ejercicio colocando
los brazos hacia abajo y las manos con las palmas
hacia el suelo por debajo del del ombligo.
Al ejecutar el ejercicio supta-varjrâsana
se produce una marcada tensión en las
piernas que se acentúa más a la
altura de las rodillas y de los muslos, por
lo que se obtiene un beneficioso estímulo
en todos los nervios subcutáneos de la
zona además de fortalecer los capilares
y conseguir una mayor actividad en los poros.
También se
consigue que aumente el riego sanguíneo
en el centro nervioso del tronco o sea a la
altura del ombligo; en definitiva con este ejercicio
se logra estimular el riego sanguíneo,
el sistema nervioso central y la actividad grandular.
Se recomienda que este ejercicio de hatha yoga
no se haga durante un prolongado espacio de
tiempo, especialmente en personas con el sistema
nervioso dañado.
Yoga-Mudra
Para ejecutar este
ejercicio de Hatha Yoga, deberemos primeramente
sentarnos sobre los talones; aspiraremos (ver:
aprender a respirar ).
En el momento de
la expiración (soltar el aire ), nos
inclinaremos de forma lenta y ligera hacia delante
hasta que consigamos tocar el suelo con la frente,
entrelazando al mismo tiempo por la espalda,
los dedos de la mano derecha con los de la izquierda.
Nos mantendremos un tiempo prudente en esta
postura sin respirar y después nos enderezaremos
de forma pausada y progresiva, tomando nuevamente
aire con
lentitud, acabando con una respiración
normal.
También podemos hacer el mismo ejercicio
en la postura de( Padmasana, con las piernas
cruzadas) y de la misma forma que en el ejercicio
anterior, aspiraremos (ver: aprender a respirar).
En el momento de
la expiración (al soltar el aire), nos
inclinaremos de forma lenta y ligera hacia delante
hasta tocar el suelo con la frente, entrelazando
los dedos de la mano derecha con los de la izquierda.
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