Si no aprendo a
quererme a mi mismo (baja autoestima) me creo
una dependencia de aceptación por parte
de los demás y como resultado tomo decisiones
equivocadas, puesto que estoy renunciando a
mis propias necesidades y deseos, "enganchándome"
para evadirme de mi problema a las drogas, al
alcohol, al sexo, a relaciones sentimentales
destructivas y a cualquier otro tipo de actuación
negativa, atrayendo para mi la peor de las soledades
que es la de no tenerme ni a mi mismo.
Me convierto en una persona introvertida y esto
me impide entablar relaciones afectivas provocándome
un total aislamiento.
Ese miedo que se va agrandando día a
día a sentirme solo me provoca pensamientos
erróneos, desajustes emocionales e inseguridad.
Me convierto en una persona desordenada tanto
en mis pensamientos como en mis actos.
Mi introversión y mi soledad son un impedimento
para vivir en pareja, pues de alguna forma hago
que la otra persona se sienta también
sola.
Me siento culpable por hacer cosas que no muestran
lo mejor de mi mismo y dejo de hacer otras sabiendo
que soy capaz de hacerlas.
Desde este momento me propongo pedir ayuda a
los seres que realmente me quieren o acudir
a la consulta de un profesional de la salud
mental (un psicólogo) y tratar de conseguir
modificar mis actos tratando siempre de dar
lo mejor que tengo de mi mismo.
Voy a conseguir
por todos los medios olvidar todas las acciones
que realicé en el pasado y de las que
no estoy satisfecho, dejando de culparme a mi
mismo por ello y utilizado la misma energía
en positivo para pensar en que no voy a incurrir
en los mismos errores.
Voy a luchar con todas mis fuerzas para conseguir
salir de esta situación velando por mis
intereses, centrándome en las metas que
me he propuesto alcanzar en un futuro; en mis
valores; en mis proyectos; en cultivarme un
mundo interior rico.
Ansiedad
social
La ansiedad social es un trastorno por el que
quién la sufre pasa excesiva vergüenza
hasta el extremo de sonrojarse por el miedo
que les causa el solo hecho de hablar delante
de las personas; les impide comer o beber delante
de otros comensales; hacer amistades; etc.;
todo esto hace que relaciones con los demás
sean difíciles e incluso que les cause
trastornos en el lugar de trabajo, estudios
o cualquier otra actividad que se intente llevar
a cabo.
Los síntomas que puede provocar este
estado, además de sonrojarse, incluyen
una excesiva sudoración, ansiedad, dificultad
para dirigirse a los demás, angustia,
temblores, necesidad de aislarse, etc.
Este miedo incontrolado puede ser causado por
una timidez excesiva que causa temor, falta
de confianza en uno mismo, falta de autoestima,
temor a perder algo, complejo de inferioridad,
excesivo pudor, miedo al fracaso, etc.
Las personas que
sufren este problema temen especialmente ser
juzgadas u observadas por los demás;
miedo a hacer el ridículo, o a sufrir
humillaciones; en definitiva miedo a no conseguir
la aprobación de los demás.
En los casos más extremos puede ser motivo
de caer en el alcoholismo, las drogas o en la
depresión.
En principio se debe acudir a un psiquiatra
para que una vez diagnosticado se le indiquen
las terapias que en cada caso sean necesarias
para paliar el trastorno.
Debemos enfrentarnos
con mucho valor al miedo pues es el único
modo que tiene una persona para vencer sus temores:
"agarrar al toro por los cuernos".
En principio sería muy importante meditar
concienzudamente sobre cual es el motivo que
nos produce el sentimiento de vergüenza
o temor y de cuales son sus consecuencias.
Para lograr este objetivo es conveniente que
interioricemos y saquemos de nuestra fuente
de sabiduría todos los antídotos
que equilibren nuestros miedos, nuestros temores.
Esto lo podemos
conseguir a través de la meditación
diaria.
También de las afirmaciones, o bien de
las reflexiones.
También hablar con nosotros mismos ante
el espejo, mirándonos y dialogando con
esa persona que tenemos reflejada en el cristal,
haciendo afirmaciones positivas como:
¡Yo soy la
fuerza!
¡Yo soy el valor!
¡Yo no tengo miedo!
¡Yo soy un ser como los demás!
¡Yo soy un ser sin complejos!
y todas las afirmaciones o frases que se nos
ocurran para lograr sentirnos bien con nosotros
mismos.
Otro modo de trabajar
para lograr el éxito sería escribir
en un papel ¿cómo me gustaría
ser? y hacer una lista:
- Un ser valiente
- Un ser con iniciativa
- Un ser sin complejos
- Un ser decidido
- Un ser que no se ruboriza nunca, etc.
y cada noche antes de acostarnos leer el mismo
papel e ir añadiendo todas las cuestiones
que hagan aumentar nuestra autoestima.
Por fin, y esto
es muy importante, cuando vayamos a entrar en
una situación en la que corremos el peligro
de tener vergüenza, ponernos nerviosos,
etc., deberemos hacer una o varias respiraciones
profundas pensando en que no vamos a sentir
ningún miedo o vergüenza; esto último
suele dar muy buenos resultados.
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