La Respiración
completa o profunda, es fundamental en la práctica
de cualquier tipo de Yoga que practiquemos.
La respiración debe ser consciente, utilizando
la totalidad de nuestra capacidad pulmonar.
Con ello conseguiremos el proceso de oxigenación
de la sangre y como consecuencia beneficiará
el buen funcionamiento de todo nuestro organismo.
Mientras permanezcamos haciendo los ejercicios
de yoga, deberemos tener muy en cuenta que la
respiración solo debe realizarse por
la nariz y nunca por la boca.
Todo esto debe acompañarse con una actitud
mental de concentración y relajación
para conseguir resultados óptimos a nivel
mental, físico y espiritual, para que
nuestro cuerpo se mantenga sano o anule las
enfermedades que en el momento de practicarlo
se tengan.
La
relajación
La relajación
que forma parte esencial del yoga, es una disciplina
completa. Mediante la relajación general
conseguimos unos estados mental y afectivo idóneos.
En este trabajo es esencial dejar la mente sin
pensamientos, pues de lo contrario no conseguiremos
una completa relajación profunda tanto
física como psicológica. Es importante
conseguir esta perfecta relajación siendo
conscientes de ello, puesto que si quedamos
dormidos también se produce un estado
de relajación y de descanso, pero de
esta forma no conseguiremos un fortalecimiento
del yo consciente.
Si nos relajamos estando lúcidos será
entonces cuando esa conciencia que vamos tomando
de nosotros mismos en lo físico, en lo
mental y en lo afectivo, se incorporará
a la conciencia que tenemos del YO.
Es la relajación
consciente la que tiene un efecto transformante
y de crecimiento. La relajación conduce
a alcanzar nuevos estados de conciencia profunda.
La relajación cuando se hace consciente
estimula el equilibrio energético del
cuerpo físico, liberándonos de
las contracturas y tensiones que puedan existir,
algo muy natural debido a las presiones a las
que a diario estamos sometidos y que nos provocan
estrés.
En la medida que nuestra afectividad y nuestro
cuerpo estén tranquilos y relajados,
lo estará también nuestra mente.
Si nuestra mente se ocupa con imaginaciones
constantemente es señal de que nuestra
afectividad no está tranquila, puesto
que son las emociones lo que estimulan a nuestra
imaginación.
Para tranquilizar
nuestra mente deberemos primeramente trabajar
con lo físico y posteriormente con lo
emocional y para calmar las emociones tendremos
que conseguir un estado de paz, de profundidad
física y de tranquilidad. Si ponemos
a la mente en disposición de observar
las sensaciones del cuerpo, estando tranquilos,
ocupamos a la mente en mirar y no en pensar.
El silencio, práctica que va paralela
a la relajación, debemos hacerlo como
ejercicio independiente de ésta. Con
el silencio descubriremos que hay una realidad
que anteriormente no habíamos percibido
como el sentirnos como un espacio, un campo
de sensación, un campo vibratorio, en
definitiva algo muy real. Todo lo que perdamos
en extensión dentro de ese campo lo ganaremos
en profundidad.
Meditación
Con la meditación
lograremos cambiar nuestro funcionamiento mental
a partir de la mente consciente. Para cambiar
nuestro funcionamiento mental lo haremos a través
de nuestro subconsciente mediante la sugestión;
y ya cuando lleguemos a alcanzar niveles superiores
de meditación, lograremos cambiar nuestro
campo mental a través del supraconsciente.
A medida que avancemos en ésta práctica
iremos descubriendo como nuestra forma de reaccionar
es la consecuencia de la valoración que
hacemos de nosotros mismos y que a su vez estará
ligada a la valoración que hacemos del
mundo.
El fin de la meditación,
es conseguir establecer el apaciguamiento y
la quietud de nuestra mente.
La meditación no debe hacerse dejando
vagar la mente libre, eso pensar; meditar es
tratar de centrar nuestra mente en un punto.
Para ejercitarla deberemos utilizar distintos
instrumentos que nos sirvan de punto de atención
como podrían ser: la llama de una vela,
los latidos del corazón, la propia respiración,
el sonido de los mantras, de un río fluyendo,
el murmullo de las olas del mar, el detalle
de un cuadro, etc., con ello lograremos disminuir
poco a poco la creación de pensamientos
que nos impidan concentrarnos.
Cuando veamos pasar un pensamiento por nuestra
mente, no debemos engancharnos a él,
simplemente hay que dejarle pasar.
Todas las practicas
de yoga nos conducen a superar nuestros problemas
personales, modificando o ampliando las ideas
que nos sirven como patrones de conducta o superando
los hábitos que hemos adquirido y que
son negativos.
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