Lo primero que debemos
aprender tanto para los ejercicios de Hata yoga,
relajación y meditación es a respirar.
Deberíamos tener en cuenta que la regla
que debe seguirse para realizar una buena respiración
es el hacerlo siempre por la nariz y no por
la boca, tal como lo realizamos la mayoría
de los occidentales.
El respirar por la boca y no por la nariz lo
hacemos a menudo, pero mucho más cuando
estamos hablando con otras personas, y esta
costumbre nos induce a respirar mal también
durante el sueño, sin darnos cuenta del
peligro que representa para nuestra salud.
La naturaleza nos
ha provisto de un equipo defensivo para evitar
que entren en nuestro organismo impurezas que
al final tan solo nos provocan enfermedades.
Así pues, en el interior de nuestras
fosas nasales hay un filtro formado por pelos
que evitan el paso de pequeños insectos,
polvo o partículas nocivas que pudiesen
perjudicar a nuestros pulmones.
Es también en la nariz en donde las mucosas
se encargan de calentar el aire excesivamente
frío y en donde quedan retenidas las
partículas de polvo y demás partículas
nocivas que los pelos no pudieron retener y
de las que nos podremos deshacer expulsando
el aire con fuerza por la nariz.
Existen también en la nariz unas glándulas
que luchan contra los microbios que logran llegar
hasta ellas y desde donde se avisa a través
del olfato que existe un peligro en el ambiente
que nos amenaza, como podrían ser gases
venenosos, sustancias en descomposición,
etc.
Los órganos del olfato y sus terminaciones
nerviosas olfativas, además de hacer
que percibamos los olores, tienen como principal
misión el absorber el prâna del
aire.
La falta de prâna en el aire nos da sensación
de agobio o ahogo.
Todos lo hemos podido comprobar cuando al pasar
un resfriado no podemos respirar adecuadamente
por la nariz y esto se debe a la falta de prâna,
por cuya carencia las personas delicadas pueden
llegar a padecer problemas respiratorios graves
e incluso trastornos cardíacos.
Hemos experimentado
también la sensación de frescor
que nos invade al respirar por la nariz después
de una tormenta en que el ambiente está
lleno de ozono, o cuando estamos en el campo
o en el mar, respirando al aire libre.
Es por ello que para absorber prâna hay
que aprender a respirar por la nariz, puesto
que en la boca no existen órganos que
lo absorban.
El respirar durante largos períodos de
tiempo por la boca trae malas consecuencias,
puesto que al final acabamos por debilitar sus
glándulas, cuerdas vocales y todos los
órganos respiratorios y además
al pasar el aire sucio a nuestros pulmones,
quedamos sin defensas para combatir las enfermedades
y entonces comienza a funcionar mal nuestro
organismo, corriendo por ello el riesgo de contraer
infecciones y enfermedades contagiosas.
Es pues sumamente
importante el respirar por la nariz de esta
forma el prâna absorbido y elaborado por
nuestros pulmones, proporcionará a nuestro
cuerpo una buena dosis de energía, reforzando
nuestro corazón y haciendo que este bombee
la sangre distribuyéndola correctamente
por todo nuestro cuerpo. Con ello además
de prevenir enfermedades, mejoraremos nuestra
salud actual e incluso recuperaremos fuerzas
sin llegar a sentirnos nunca cansados.
Dentro de los ejercicios
respiratorios del yoga, podemos distinguir tres
clases de respiración completa:
- La respiración
superior.
- La respiración
media.
- La respiración
abdominal.
La respiración
que la mayoría de los occidentales realizamos,
es la que se conoce como respiración
clavicular o superior, en la que tan solo se
mueven las costillas, los hombros y las clavículas
y de esta forma tan solo trabaja la parte superior
de los pulmones y por ello absorbemos una mínima
cantidad de aire; esta forma de respirar exige
mucha energía y en cambio los resultados
son mínimos.
Este tipo de respiración poco recomendable
es consecuencia la mayoría de las veces
de llevar comprimida la cintura con correas,
fajas, pantalones muy ceñidos, etc, y
también por la postura de nuestro trabajo,
sentados durante muchas horas inclinados
hacia adelante que nos obliga a encorvarnos
y que nos impiden realizar la respiración
abdominal.
Existe otro tipo
de respiración practicado por los occidentales
que no llevan una vida sedentaria, conocida
como la respiración media o intercostal.
Este tipo de respiración es más
correcta y beneficiosa que la clavicular ya
que este tipo de respiración incluye
un poco la respiración abdominal, llenado
en este caso la parte superior y media de los
pulmones de aire. Suelen hacerla las personas
que desarrollan su trabajo de pié o andando.
La respiración
diafragmática, profunda o abdominal es
la que normalmente se practica mientras descansamos
o dormimos y es la más recomendada, aunque
ésta tan solo constituye una parte de
la respiración en el yoga. En esta forma
de respirar, el diafragma ejerce un papel muy
importante.
El diafragma es un fuerte músculo que
separa la cavidad del pecho de la cavidad del
vientre; durante el tiempo de reposo éste
está curvado hacia la caja torácica,
y al ir moviéndose va descendiendo poco
a poco, comprimiendo hacia abajo los órganos
del abdomen al propio tiempo que empuja el abdomen
hacia afuera. En esta modalidad de respiración
llegaríamos a conseguir llenar de aire,
además de la parte superior
y media ,la parte inferior de los pulmones,
tomando de esta forma una máxima cantidad
de prâna y de oxigeno.
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