Respiración
abdominal
Con la respiración
abdominal ayudamos al buen funcionamiento de
nuestro corazón, regulamos nuestros intestinos
y bajamos nuestra presión arterial alta.
Los ejercicios de respiración abdominal,
podemos practicarlos acostados, de pie o también
sentados.
Durante el ejercicio pondremos nuestra atención
en la zona del ombligo.
Hundiremos el vientre mientras expulsamos el
aire por la nariz; aspiraremos lentamente también
por la nariz mientras hacemos que descienda
el diafragma, de esta forma la pared abdominal
se eleva hacia fuera mientras la parte baja
de los pulmones se llena de aire. Al expirar,
la pared del abdomen se hunde hacia adentro
y así se fuerza la expulsión del
aire por la nariz.
Respiración
media
La respiración
media nos regulará la presión
sanguínea, haciendo que nuestra circulación
sea idónea por todo el cuerpo, especialmente
en los riñones, vesícula biliar,
hígado, estómago y bazo.
Los ejercicios de respiración media al
igual que la abdominal, podemos hacerlos acostados,
de pie o también sentados.
Con la respiración media llenamos de
aire la parte media de los pulmones y durante
el ejercicio permanecerán el vientre
y los hombros inmóviles.
Ponemos toda nuestra atención en las
costillas. Expulsamos todo el aire de los pulmones
y después comenzamos a aspirar lentamente
por la nariz, al propio tiempo iremos ensanchando
las costillas hacia los lados.
Veremos que al expirar, éstas se contraen
obligando que el aire salga por la nariz.
Respiración
superior
La respiración
superior nos ayudará a vigorizar los
nudos linfáticos hiliares de ambos pulmones
aireando por completo el vértice de los
mismos.
Durante la realización de este ejercicio
de respiración dejaremos inmóviles
el abdomen y la parte central del pecho.
También este ejercicio de respiración
lo podemos hacer acostados, de pie o también
sentados.
Después de centrar totalmente nuestra
atención en los pulmones, expulsamos
primeramente el aire albergado en los mismos.
Aspiramos aire por la nariz lentamente al mismo
tiempo que elevamos las clavículas y
los hombros, de esta forma llenamos la parte
superior de los pulmones.
Seguidamente expulsamos el aire de nuevo por
la nariz y así los hombros irán
bajando pausadamente.
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