“Las opiniones de los especialistas (más
allá de la información parcial de los medios) van desde sostener que la gripe A
no existe (que es una variación de la gripe de todos los años con un porcentaje
ínfimo de casos mortales) y que se usa para evitar la quiebra de los
laboratorios, hasta los que predicen siempre pestes imparables”.
(Víctor "Tucho" Fernandez, presidente de la sociedad argentina de teología).
La sabiduría védica, observa que para la
prevención de la enfermedad lo principal es buscar el equilibrio de la mente.
Si la mente está saturada de impresiones y
pensamientos, le resta capacidad de resistencia al cuerpo y lo predispone a la
enfermedad.
Si la mente esta clara, calma meditativa y armoniosa, la resistencia
del cuerpo es mayor. Incluso está demostrado por el doctor Simenton, que los
padres que meditan con sus niños, participando con ellos en rituales, es mucho
menor la propensión a la gripe.
John Curtis Maestro de Reiki, es un clásico de la psicosomática que explica cómo
algunas enfermedades tienen que ver con las energías que convocamos, y
superamos la crisis que genera ,cuando se logra recuperar los valores que
estaban en juego antes que se diera la enfermedad.
Transcribo una entrevista al Dr. Jorge Carvajal Pionero de la Medicina
Bioenergética que esta en esa línea.
¿Qué enferma primero, el cuerpo o el alma?
El alma no puede enfermar, porque es lo que hay perfecto en ti, el alma
evoluciona, aprende .
En realidad, buena parte de las enfermedades son todo lo contrario: son la
resistencia del cuerpo emocional y mental al alma. Cuando nuestra personalidad
se resiste al designio del alma es cuando enfermamos.
¿Hay emociones
perjudiciales para la salud? ¿Cuáles son las que más nos perjudican?
Un 70 por ciento de las enfermedades del ser humano vienen del campo de
conciencia emocional.
Las enfermedades muchas veces proceden de emociones no procesadas, no
expresadas, reprimidas.
El temor, que es la ausencia de amor, es la gran enfermedad, el común
denominador de buena parte de las enfermedades que hoy tenemos.
Cuando el temor
se queda congelado afecta al riñón, a las glándulas suprarrenales, a los huesos,
a la energía vital, y puede convertirse en pánico.
¿Nos hacemos los fuertes y descuidamos nuestra salud?
De héroes están llenos los cementerios. Te tienes que cuidar. Tienes tus límites, no vayas más allá. Tienes que reconocer cuáles son tus
límites y superarlos porque si no los reconoces, vas a destruir tu cuerpo.
¿Cómo nos afecta la ira?
La ira es santa, es sagrada, es una emoción positiva porque te lleva a la
autoafirmación, a la búsqueda de tu territorio, a defender lo que es tuyo, lo
que es justo.
Pero cuando la ira se vuelve irritabilidad, agresividad,
resentimiento, odio, se vuelve contra ti, y afecta al hígado, la digestión, el
sistema inmunológico.
¿La alegría por el contrario nos ayuda a estar sanos?
La alegría es la más bella de las emociones porque es la emoción de la
inocencia, del corazón, y es la más sanadora de todas, porque no es contraria a
ninguna otra.
Un poquito de tristeza con alegría escribe poemas. La alegría con
miedo nos lleva a contextualizar el miedo y a no darle tanta importancia.
¿La alegría suaviza el ánimo?
Sí, la alegría suaviza todas las otras emociones porque nos permite procesarlas
desde la inocencia.
La alegría pone al resto de las emociones en contacto con el
corazón y les da un sentido ascendente. Las canaliza para que lleguen al mundo
de la mente.
¿Y la tristeza?
La tristeza es un sentimiento que puede llevarte a la depresión cuando te
envuelves en ella y no la expresas, pero también puede ayudarte.
La tristeza te
lleva a contactar contigo mismo y a restaurar el control interno. Todas las
emociones negativas tienen su propio aspecto positivo, las hacemos negativas
cuando las reprimimos.
¿Es mejor aceptar esas emociones que consideramos negativas como parte de uno
mismo?
Como parte para transformarlas, es decir, cuando se aceptan fluyen, y ya no se
estancan, y se pueden transmutar. Tenemos que canalizarlas para que lleguen
desde el corazón hasta la cabeza.
¡Qué difícil! Sí, es muy difícil. Realmente las emociones básicas son el amor y
el temor (que es ausencia de amor), así que todo lo que existe es amor, por
exceso o defecto.
Constructivo o destructivo. Porque también existe el amor que
se aferra, el amor que sobreprotege, el amor tóxico, destructivo.
¿Cómo prevenir la enfermedad?
Somos creadores, así que yo creo que la mejor forma es creando salud. Y si
creamos salud no tendremos ni que prevenir la enfermedad ni que atacarla, porque
seremos salud.
¿ Y si aparece la enfermedad?
Pues tendremos que aceptarla porque somos humanos. También enfermó Krishnamurti
de un cáncer de páncreas y no era nadie que llevara una vida desordenada.
Mucha
gente muy valiosa espiritualmente ha enfermado. Debemos explicarlo para aquellos
que creen que enfermar es fracasar. El fracaso y el éxito son dos maestros, pero
nada más.
Y cuando tú eres el aprendiz, tienes que aceptar e incorporar la
lección de la enfermedad en tu vida. Cada vez más personas sufren ansiedad.
La
ansiedad es un sentimiento de vacío, que a veces se vuelve un hueco en el
estómago, una sensación de falta de aire. Es un vacío existencial que surge
cuando buscamos fuera en lugar de buscar dentro.
Surge cuando buscamos en los
acontecimientos externos, cuando buscamos muletas, apoyos externos, cuando no
tenemos la solidez de la búsqueda interior.
Si no aceptamos la soledad y no nos
convertimos en nuestra propia compañía, vamos a experimentar ese vacío y vamos
a intentar llenarlo con cosas y posesiones. Pero como no se puede llenar con
cosas, cada vez el vacío aumenta.
¿Y qué podemos hacer para liberarnos de esa angustia?
La angustia no se puede pasar comiendo chocolate, o con más calorías, o buscando
un príncipe azul afuera.
La angustia se pasa cuando entras en tu interior, te aceptas como eres y te
reconcilias contigo mismo.
La angustia viene de que no somos lo que queremos
ser, pero tampoco lo que somos, entonces estamos en el "debería ser", y no somos
ni lo uno ni lo otro.
El estrés es otro de los males de nuestra
época. El estrés viene de la competitividad, de que quiero ser perfecto, quiero
ser mejor, de que quiero dar una nota que no es la mía, de que quiero imitar.
Y
realmente sólo se puede competir cuando decides ser tu propia competencia, es
decir, cuando quieres ser único, original, auténtico, no una fotocopia de nadie.
El estrés destructivo perjudica el sistema inmunológico. Pero un buen estrés es
una maravilla, porque te permite estar alerta y despierto en las crisis, y poder
aprovecharlas como una oportunidad para emerger a un nuevo nivel de conciencia.
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