Si en este momento recibieras una oferta de trabajo, de pronto podrías encontrarte gritando “Sí. ¡Gracias, gracias, gracias!” al mismo tiempo que brincas como una pelota saltarina por cada rincón de tu casa. Pero espera un segundo.
Antes de comprometerte, es importante que te calmes y analices los pros y las contras de aceptar el empleo. Para ello, averigua cuáles son los términos del mismo –carga horaria, salarios, beneficios, etcétera) y, de ser posible, negocia otros más convenientes.
¿Aceptar o no aceptar esa oferta de trabajo?
A la hora de decidir si aceptar o no una oferta de trabajo, hazte las siguientes preguntas:
· ¿Qué tanto necesito el trabajo? ¿Estaré mejor si acepto este trabajo o debería esperar una oportunidad más que vaya más con mis aptitudes y circunstancias?
· ¿Me gusta lo que sentí cuando estuve en el sitio donde se llevó a cabo la entrevista laboral?
· ¿El trabajo será interesante y desafiante?
· ¿Estaré satisfecho con el salario, las condiciones laborales y los beneficios?
· ¿El trabajo me ayudará a acercarme a los objetivos de mi carrera?
· ¿El empleador es sólido financieramente? ¿Se encuentra en una posición competitiva en la industria?
· ¿Es un trabajo temporario o permanente? En cualquier caso, ¿qué es lo que quiero y necesito en este momento?
· ¿Encontrar un medio de transporte adecuado hasta el trabajo será un problema?
No es necesario que aceptes el trabajo o lo rechaces de un momento a otro. Si crees que debes pensarlo un poco, pide algo de tiempo para tomar la decisión. Deja saber al empleador que estás muy interesado en el trabajo, y que tendrás una decisión definitiva dentro de tres días.
Condiciones de empleo
Si tienes preguntas o inquietudes acerca de los términos del empleo, coméntalas con tu empleador antes de aceptar el puesto. Ten en cuenta que no tendrás espacio para negociar si ya has aceptado el empleo. Deja en claro que estás interesado, pero que te gustaría discutir algunas cosas antes de tomar una decisión.
Al menos que estés desesperado, no aceptes un salario por debajo del promedio del mercado. Desde ya, los empleadores no te ofrecerán el rango salarial más elevado, pero te verán como un empleado menos valioso si no valoras adecuadamente tu trabajo.
Las organizaciones arman sus salarios de modo que resulten atractivos y sirvan para retener a los empleados, sin importar lo que los empleados verdaderamente “valen”. Si tú conoces el rango salarial para el tipo de trabajo que te han ofrecido, presenta esos números y alega que quieres que se emplee la tasa que impone el mercado para tu especialidad.
Si no conoces el rango salarial común, deberás efectuar una pequeña investigación, tendiente a descubrir los salarios mínimos y máximos para puestos similares en otras empresas. En ese sentido, puedes:
· Hablar con personas del rubro: otros empleados, empleadores, trabajadores de recursos humanos.
· Consulta con asociaciones, sindicatos, y consultores de empleo y de profesionales.
· Chequea los sitios Web de las grandes organizaciones. Algunas empresas publican los convenios colectivos, incluyendo las grillas salariales, en sus sitios Web.
· Los bibliotecarios públicos pueden ayudarte a localizar figuras salariales.
Encuentra aquellas condiciones laborales, incluyendo beneficios, que sean negociables. Si el trabajo está cubierto por un acuerdo del sindicato, entonces la mayoría de los términos del empleo estarán establecidos en éste. Si no hay convenio colectivo, será conveniente que negocies.
· Una revisión del empleo y un aumento de sueldo después de seis meses de trabajo,
· cobertura y asistencia médica y dental,
· subas del costo de vida,
· espacio para aparca,
· un título diferente para el empleo y
· responsabilidades más variadas.
Cuando estés negociando, trata de ser tan objetivo como puedas. Los “beneficios extraordinarios” costosos, como podrían ser los autos de la compañía, a menudo vienen después de años de éxito probado.
Si negocias mejoras en la oferta laboral, asegúrate de que todas las promesas queden asentadas por escrito. Si decides aceptar una oferta de trabajo, deja que el empleador sepa que estás deseoso por comenzar.
Por el contrario, si decides declinar la oferta, hazlo con tacto y expresa tu aprecio por la oferta. Siempre deja al empleador potencial con una buena impresión sobre tu persona, incluso cuando hayas decidido no aceptar su oferta laboral.
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