Tratamientos faciales

En los tratamientos faciales de belleza debemos recordar siempre las siguientes normas:

En los tratamientos faciales el principal protagonista es la piel o, mejor dicho, la epidermis de las personas que siguen dichos tratamientos en el instituto de belleza. 

Cuando la piel está sana y fuerte, su cuidado no ofrece dificultad alguna, siempre que se tomen las precauciones normales; pero con frecuencia la piel es delicada, tiene alguna afección, está castigada por el uso abusivo de cosméticos inadecuados, etc., por lo que en estos casos exige un cuidado especial.

A tener en cuenta

– Es muy importante la asepsia en todos los tratamientos para evitar infecciones o contagios.

– Cuando extirpemos comedones, el instrumento o pinza debe desinfectarse previamente en antiséptico.

– Si hubiera algún granito reventado, lo desinfectaremos también aplicando sobre él una gasa humedecida en alcohol.

– Nunca debemos extirpar los granitos, ya que en este caso dejaríamos cicatrices en la piel. Los desinfectaremos con alta frecuencia o rayos ultravioleta.

– La esteticista no deberá diagnosticar una enfermedad y proceder a su tratamiento, sino que actuará como eficaz intermediario entre la cliente y el dermatólogo.

Con ello demostrará a una y otro su valía profesional y sus conocimientos se verán apreciados y respetados tanto por la cliente como por el especialista.

La esteticista ayudará en lo posible en el tratamiento de estas afecciones cutáneas, ya que algunas requerirán únicamente la visita a un médico de cabecera o serán simples problemas temporales.

Las afecciones más frecuentes las hemos dividido en tres apartados:

1- Afecciones Primarias.
2- Afecciones Secundarias.
3- Otras Alteraciones Cutáneas.

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Por Beatriz Elena Núñez Linares