Contenido del libro:
Don Francisco de Carabantes parado en el castillo de popa de su carabela contemplaba inquieto el distante horizonte, mientras ponderaba el éxito de su atrevida aventura. Estaba ansioso por llegar a América y escuchar el aviso de "tierra a la vista". En sus bodegas oscuras y húmedas el navío llevaba un preciado tesoro. Muchos sarmientos de una uva recogida en las islas Canarias (la prieta o quizá la tempranillo). Debía producir vino porque la iglesia y la colonia lo requerían. Corría el año de 1553 tal como lo testimonia el Inca Garcilaso de la Vega.
Mil años antes Chuquimanco, cacique de estas tierras al sur de Lima, contemplaba en un cálido atardecer bandadas de avecillas que surcaban el horizonte marino, en busca de islas de reposo. Eran millares de pájaros que Chuquimanco conocía en su idioma quechua como pishkos. Ellos inspiraron a su pueblo alfarero y le dieron su nombre.
Así lo narra en 1550 don Pedro Cieza de León en La Crónica General del Perú: ".pisco es nombre de pájaros".
Pishko dio nombre a un río, un valle y un pueblo: Garcilaso de la Vega en los Comentarios Reales escribe: ".los del valle de Pisco." y Felipe Huamán Poma de Ayala en Nueva Corónica y Buen Gobierno (1615) relata: "esta dicha villa de piscuy es una villa bonita pegada al mar.". Pishko dio también nombre a un puerto: ".esta villa de Piscuy Puerto." Y a un cántaro. Así lo narra Ángeles Caballero en su libro La Peruanidad del Pisco: ".dentro del área geográfica en que se ubicó Paracas se desarrolló una casta especial de extraordinarios alfareros, los piskos, dedicados a la fabricación de hermosos ceramios de forma cónica.."
Y este cántaro conteniente dio nombre a su contenido, bautizando nuestra bebida e imponiéndole el más peruano de los peruanismos, como asevera el lexicógrafo chileno don Manuel Antonio Román: "Pisco: aguardiente muy estimado que se fabrica en el Perú y conocido en todo el mundo. Principió sin duda en el puerto de Pisco y por eso tomó ese nombre.".
Y llegaron los sarmientos. Acaso los trajo Hernando de Montenegro, como afirma el Padre Bernabé Cobo, o quizá el Marqués de Carabantes, según Lazo. Lo cierto es que estas vides rápidamente hundieron sus profundas raíces de tallo español en las cálidas y fértiles arenas de nuestra costa, haciéndose peruanas. La prieta se hizo quebranta. Y su producción fue abundante, tanto que pronto se exportó este especial aguardiente a toda las colonias. Sin embargo, Felipe II de España, en 1702, prohibió importar estos vinos y aguardientes al viejo continente.
En 1613 aparece el primer documento escrito acerca de la producción de aguardiente de uva en el nuevo continente. Lorenzo Huertas Villegas en su trabajo "Producción de vinos y sus derivados en Ica. Siglos XVI-XVII" resume el testamento de Pedro Manuel "El Griego", morador de la ciudad de Ica quien en su última voluntad indicara legar, entre otras muchas propiedades,"una esclava criolla llamada Luisa, treinta tinajas de vurney llenas de aguardiente que ternan ciento y sesenta botixuelas de aguardiente mas un barril lleno de aguardiente que terna treinta botixuelas de la dicha aguardiente mas una caldera grande de cobre de sacar aguardiente con su tapa y cañón. Dos puntayas la una con que pasa el caño y la otra sana que es más pequeña que la primera".
Y así, de alambique, alquitara arabesca o falca mestiza y de peruano patrimonio brotó a principios del siglo XVI el aguardiente de uva pura.
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