Nunca como ahora llegan a la clínica, adolescentes y Jóvenes con problemas relacionados con insomnio, pesadillas, estrés prolongado, neurodermatitis, crisis de ansiedad, pánico, delirio de persecusión, fantasías violentas y otros síntomas que todavía unos pocos años antes solían aparecer por motivos de presión social, alrededor de los cuarenta años de edad.
Es tal la información en la red y las trampas para provocar esta curiosidad, amén del amarillismo de muchas de las páginas y mensajes, que en una encuesta realizada por colaboradores de Proyecto Alquimia encontraron que los niveles de angustia de estos adolescentes y jóvenes (65 de 157 encuestados) más de la tercera parte, eran ya motivo de consulta psicológica y 129 de los 157 reconocieron alguna forma de alteración importante de este género por motivos de navegación net.
¿Qué hacer?
En las sesiones de Psicomatrix recomedamos a los padres de familia:
1. Educar. Navegar en el mundo net requiere de algo que generalmente escapa a los padres y maestros: enseñar a los hijos (y educandos) a que eviten información de violencia extrema (ya sea de índole sexual, noticiosa, de entretenimiento, de publicidad y otras) y en todo caso, si se accede a esta, que sea con espíritu crítico y selectivo.
El antídoto es educarlos en el humanismo, es decir, mostrarle los valores del amor a los seres sintientes, la compasión ante el dolor ajeno, el sentido de ayuda y la reflexión acerca de lo que se ve. La comunicación abierta es una herramienta inmejorable para que niños y jóvenes “vean con otros ojos” las imágenes de crueldad.
En las escuelas es muy buen ejercicio el que se someta a discusión el tema, el moderador (maestro-a) deberá saber encauzar a los discípulos hacia la no identificación con los personajes violentos, enseñarles que esto puede causar una sensación artificial de seguridad, en todo caso dañina.
2. Reencuentro con la tradición. Hace muchos años, las abuelas curaban a los nietos de una enfermedad llamada susto. En la actualidad, este padecimiento encuentra su correspondencia en la psicología y curiosamente los síntomas coinciden con los de la ciberangustia precoz.
La recomendación transpersonal es: frotarles por nuca, brazos y pies con unas ramas de epazote. Enseguida se coloca un poco albahaca fresca en los ojos cerrados por espacio de cinco minutos. Esta receta antigua es excelente para limpiar las impresiones negativas que implantan las vibraciones oscuras.
3. Hacer ejercicio físico por lo menos tres veces por semana y beber agua en abundancia. El mantener una buena oxigenación y esfuerzo corporal, es excelente antídoto para el pronto reestablecimiento del equilibrio psicoemocional.
4. Practicar una disciplina alternativa de relajación. La naturaleza adolescente y juvenil no son muy afectas a este tipo de disciplinas (meditación, tai chi, relajación guiada y otras semejantes) por lo que recomendamos que lo realicen por lo menos tres veces por semana y por espacio de solamente quince minutos por sesión.
Estas recomendaciones son sencillas y prácticas. El punto número uno (educar) es fundamental. Las otras tres son apoyo del primero. La enseñanza por parte de los padres y maestros respecto de este tema cobra interés por el creciente número de casos de ciberangustia precoz que no se trata con la prohibición de la navegación por el universo de internet (empresa imposible), sino con la supervisión regulada y la educación.
Si después de 15 días de iniciada esta terapia no hay alivio en los síntomas, es preciso consultar a un psicólogo competente.
Si deseas sentirte cada vez mejor, te sugerimos el programa de entrenamiento desde tu hogar “4 Pasos para Subir Tu Autoestima”, de Robert Grimaldi, que encontrarás haciendo clic aqui