Según un informe que recopila datos sobre Internet y redes sociales provisto por la agencia de medios Mindshare, casi el 50 por ciento de los adolescentes permanece conectado, por lo menos, dos horas diarias durante los siete días de la semana, y chatear es su predilección. El 92% lo hace con amigos y la mayoría se conecta antes de irse a dormir.
Además, los accesos residenciales a Internet, en el mes de junio de 2009, se incrementaron 10,6% y los accesos de organizaciones, 100,2% con respecto al mismo período de 2008.
Los accesos residenciales registraron un total de 3,6 millones, de los cuales 3,3 millones correspondieron a cuentas de abono y el resto a usuarios free.
En tanto, los accesos de organizaciones a Internet sumaron 579 mil, de los cuales 578 mil son cuentas de abono. Esto sólo en nuestro país.
Al respecto, la Lic. Gabriela Martínez Castro, directora del Centro Especializado en Trastornos de Ansiedad (CEETA), aseguró que "para aquellos que tienen mayor predisposición a padecer alguno de los trastornos de ansiedad, el uso o abuso de la comunicación electrónica podría contribuir a desencadenarlos con más rapidez".
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Las personas que pasan mucho tiempo frente a la computadora se alejan del mundo real y entran en una especie de burbuja, que llamamos mundo virtual.
Los cibernautas no precisan utilizar ciertas habilidades sociales al relacionarse con otras personas vía Internet, y en muchos casos, éstas se van perdiendo.
Luego, a la hora de salir de la vida virtual y volver a la realidad, el hecho de perder este tipo de habilidades por el aislamiento social, genera muchas ansiedades que pueden rozar lo patológico.
“El uso del Chat y redes sociales permiten a los usuarios hacer conquistas de manera más sencilla, ya que a través de la computadora, no se ve expuesta su integridad, hay una pantalla en el medio”, explica Martínez Castro.
Los especialistas, desde su centro en Pilar, notaron un marcado crecimiento en las consultas de pacientes que padecen cuadros de Trastornos de Ansiedad Social por tener problemas a la hora de relacionase amorosamente, o simplemente cara a cara con otras personas.
“También sucede a nivel laboral, con las personas que trabajan desde sus hogares. A la hora de salir de sus casas y tener que compartir una oficina no saben cómo reaccionar ante la competencia, los conflictos o roces con sus compañeros porque perdieron estas habilidades sociales”, agrega la licenciada.
La predisposición más importante en estas personas, es aumentar sus niveles de ansiedad y terminar con un cuadro de Trastorno por Ansiedad Social o Fobia Social por el uso excesivo de este tipo de tecnologías.
Las personas que padecen de Fobia Social son aquellas que no logran relacionarse con otras personas con normalidad. Sufren de una exagerada timidez al punto de no poder entablar conversaciones con amigos y familiares.
“Los pacientes con problemas más severos pueden llegar al punto de no poder relacionarse con nadie, ni siquiera con miembros de su propia familia, lo cual incluye en no poder trabajar y llegar a un aislamiento muy peligroso”, sostienen los especialistas.
Agregan por otra parte, que además de los trastornos psicológicos “aquellos que padecen de Fobia Social, pueden sufrir manifestaciones del tipo físicas, como palpitaciones, taquicardia, sudoración y enrojecimiento en la cara, que deja a los pacientes en evidencia y que justamente es su mayor temor”.
Cuando la persona detecta este tipo de síntomas debe solicitar ayuda inmediatamente.
Los especialistas, a través del tratamiento, ayudan al paciente a desmitificar las creencias erróneas que tienen del relacionamiento en la sociedad y les enseñan qué son las habilidades sociales, para que puedan llevar una vida normal y sana. Por eso, sepa que el consumo de internet en exceso puede ser muy perjudicial.
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