¿Los niños de hoy están más expuestos a los problemas y a circunstancias que les
infunden temor? Según los expertos, sí. “Los niños son una población en
riesgo.
Aunque no hay muchos estudios al respecto, la experiencia indica que están
expuestos de un modo excesivo a sucesos capaces de disparar la ansiedad hasta
hacer que los padres pierdan el control de la situación y no sepan qué hacer”,
determina la pediatra española Irene Ballús.
Entre los factores que influyen para que los niños desarrollen el
nerviosismo y
la ansiedad, “la sobrecarga de tareas y el poco tiempo que pueden disfrutar
con sus padres son los más importantes que se hacen presentes cuando la familia
llega a la consulta a exponer el problema”, señala la profesional.
Las tareas de los niños no acaban en el colegio, “es bastante frecuente que
los padres ya sea porque quieren que aprovechen todas las oportunidades o por
conveniencia, dejan a sus hijos más horas de las recomendadas en la escuela.
La
presión para ellos es muy grande ya que no solamente hay que rendir dentro
de la clase sino fuera de ella si se asiste a inglés, o si se practica un
deporte exigente.
Hay que saber que son niños y que cargarlos de actividades no los hará más
inteligentes. Todo debe poder llevarse a cabo de manera equilibrada y con
sentido común.
Lo que no se puede hacer es que un niño pequeño llegue al hogar a la noche y
que no tenga tiempo de compartir con su familia. El estrés es una consecuencia
esperable para los niños que son exigidos sin sentido”, explica la experta.
¿Qué hacer con un niño estresado en casa?
1.- “El nerviosismo genera más nervios. Es absolutamente contagioso. Lo mejor
que se puede hacer es mantener una actitud tranquila y sumamente calma.
Es importante que los niños vean que no hay necesidad de ponerse ansiosos y
tener malos comportamientos, pero el ejemplo debe partir de los mayores. Si el
ambiente está plagado de gritos, insultos y malas actitudes, los hijos no
tendrán la posibilidad de darse cuenta de que lo están haciendo mal”,
sostiene la profesional.
2.- Pasar tiempo con los niños y dedicarse a hacer actividades que no alboroten
más el estrés. “Nada de competencias ni actividades en donde deban usar
demasiado la mente.
Salir a pasear en bicicleta, hacer un picnic en un parque, ir a visitar al
resto de la familia o montar un rompecabezas son actividades lo suficientemente
atractivas que mantendrán al niño ocupado y a la vez se estará compartiendo un
momento agradable en familia.
Es importante que los hijos vean que sus padres son capaces de fomentar
conductas apacibles, que esta es la manera normal de comportarse y que se
consiguen mejores resultados e incluso lo que ellos quieren si consiguen tener
gestos delicados y actitudes agradables con el entorno”, finaliza diciendo
la especialista.
3.- Si el pequeño está muy agobiado y puede explicar a qué se debe su conducta y
ésta se relaciona con las horas que pasa en actividad, lo más adecuado es
disminuir la cantidad de tareas que el niño realiza al día.
4.- Antes de acostar al niño, pasar unos momentos con él y realizar un masaje en
todo el cuerpo. De esta manera, el pequeño se podrá relajar y descansar mucho
mejor.
Seguramente descanse y se levante de mejor humor, lo que también facilitará la
relación con el resto de la gente y sea capaz de mantener una
conducta calma.
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