¿La amas o sólo la deseas?

Que sientes algo por ella no lo puedes negar. Sin embargo, ¿es amor o nada más quieres disfrutar del sexo con ella?

El amor y la pasión están intrincadamente relacionados. La pasión es la zona cero para las hormonas —es la forma que tiene la naturaleza de hacer que nos sexos se atraigan—. De hecho, sin pasión, es poco probable que algo pudiera prosperar entre el hombre y la mujer.  

La fuerza motora de los impulsos sexuales es capaz de anular las diferencias entre los cerebros casi incompatibles de los dos sexos. En consecuencia, la pasión puede ser vista como un final de un amplio continuo, que podría o no culminar en el amor romántico. 

El amor es la actitud humana más ennoblecedora y trascendental, capaz de generar estados emocionales que hagan que un hombre desee mejorar y superarse. Y en cuanto a los hombres… bueno, los hombres libran guerras por pasión, pero crean familias y hogares para el amor. 

Enamorado con pasión

Para los hombres, la pasión es una experiencia embriagadora; el cerebro es puesto en espera y los poderosos flujos rojos de la testosterona se adueñan del show.

La pasión, como el amor, es realmente cegadora. Es por esto que, especialmente al comienzo de una relación, puede ser duro reconocer si simplemente estás caliente o enamorado. Ya sea que ella se convierta en “la única”, o no sea más que una pasajera diversión, tu sangre estará hirviendo durante un instante. 

Esto ocurre porque los hombres son perfectamente capaces de tener sexo antes de formar vínculos emocionales con una mujer —y esas hormonas enardecidas tienen la capacidad de disfrazarse como sentimientos de amor—. 

El verdadero peligro es que tanto la pasión como el amor pueden arrebatar al hombre de su fuerza y defensas naturales; y entonces es muy sencillo para la mujer manipularlo y explotarlo en el plano sexual.  

La pasión es especialmente peligrosa porque hace que el hombre piense con su genitalidad y arroje por la ventana toda razón y lógica. Cuando un hombre está excitado, no le importa si él y su compañera tienen algo en común.

Él no siente interés por saber de dónde viene ella o hacia dónde va. En este sentido, su cerebro está enfocado en usar su llave para abrir la puerta a la caverna secreta.

Si su compañera también está excitada —y nada más— entonces usará esto en contra de él; pero si ambos están enamorándose, entonces la sexualidad se convertirá en un vínculo. 

¿Deseo o algo más?

Ahora bien, ¿cómo hacemos para diferenciar el amor de la pasión? A continuación, algunos tips que te ayudarán a resolver las cosas. 

Solo la deseas si…

  • Estás completamente enfocado en cómo se ve y en su cuerpo 

Incluso antes de saber su nombre estás fantaseando con cómo será su cuerpo desnudo y cómo sería tener sexo con ella. 

  • No te interesa nada de lo que tenga para decir 

Pones excusas para no pasar tiempo con ella —a excepción del tiempo que comparten teniendo sexo—. Y si ella te pide un favor, le dices que estás demasiado ocupado. Cuando tienes que estar con ella y no tienen sexo, te pones realmente nervioso, y desearías mandarla a la luna —mientras tienes sexo con alguna otra mujer—

No sería algo malo para ti si nunca tuvieras una conversación con ella. De hecho, te gustaría. En este sentido, no te molestas por contestar sus llamadas y los días pueden pasar sin que sientas la necesidad de hablarle —desde luego, hasta que vuelvas a sentir ese cosquilleo entre las piernas—. 

  • Ella es tu consuelo sexual 

Después de esa salida fallida de viernes por la noche con tus amigos, decides llamarla a altar horas de la madrugada por algún extraño impulso relacionado con el alcohol. Ahh, el consuelo sexual. 

  • Te vas después del sexo 

Después de tener sexo con ella, buscas la manera más sencilla de marcharte. Nada de cucharita o desayunar por la mañana. Simplemente tienes que irte. 

Es amor si…

  • Tienen una gran química 

Ambos se pierden en sus interminables conversaciones, y las horas pasan como minutos. Estás más que deseoso de escucharla cuando te cuenta lo que ha hecho en el día. La química entre ambos es innegable. 

  • La encuentras hermosa 

Ella te sigue pareciendo la más hermosa, incluso cuando la ves sin maquillaje o cuando está con el pelo recogido en medio de sus tareas de limpieza. 

  • Quieres pasar tu tiempo con ella 

Lo único que quieres hacer es estar con ella, ya sea teniendo sexo o no. Aun cuando ella te diga que el sexo tendrá que esperar, no te importa. Nada podrá fastidiarte en su presencia. 

  • Divisas un futuro juntos 

Experimentas el extraño sentimiento de que tu vida será totalmente vacía sin su presencia. Le dices a tus amigos y familiares que ella puede ser la “elegida”, y, como si fuera poco, comienzas a pensar en el matrimonio. 

  • La presentas a tu familia 

Se convierte muy importante para ti que tus padres gusten de ella y la acepten. El hecho de que ella se lleve bien con todo tu círculo íntimo es preponderante. 

  • La incluyes en todos tus planes 

Ya sea que vayas a salir con tus amigos varones a lleves de paseo a tu perro, quieres que ella esté allí contigo. Y si ella no está allí, entonces no puedes sacarla de tu cabeza y deseas hacerle una breve llamada para decirle que la extrañas. Desde luego, no se lo contarás a tus amigos. 

  • Eres más romántico 

De repente, te encuentras escuchando música melódica y pensando en ella al mismo tiempo. Le envías flores y cartas de amor y organizas veladas románticas o cenas a la luz de las velas. 

  • Siempre te pones de su parte 

Si alguien dice algo ligeramente desdeñoso o despreciativo sobre ella, de inmediato levantas tus armas y te dispones a defenderla. Asimismo, en los encuentros sociales, siempre te muestras de acuerdo con ella —si bien en privado podrías tener una opinión distinta—. 

  • Ella hace que quieras ser un mejor hombre 

Ella te desafía y te motiva. Ella te hace feliz, y tú harás lo que sea con tal de complacerla. 

Amar el deseo

El deseo es un juego a corto plazo; el amor es la apuesta final. Incluso cuando ambos puedan confundirse y enmascararse, deberías ser capaz de percibir la diferencia. La clave, en definitiva, pasa por decidir lo que quieres, y eso únicamente depende de ti. 

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