Dietas
reducidas en Carbohidratos
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Reducción de los niveles de insulina
El primer efecto que veremos como consecuencia de la reducción
de consumo de carbohidratos se relaciona directamente con la forma
en que actúa nuestro organismo y con las sustancias que
lo compones y permiten su correcto funcionamiento. Sabemos que
nuestra sangre contiene plasma. A su vez, el plasma contiene insulina,
una hormona que transporta de forma activa glucosa, aminoácidos
y triglicéridos entre las células del cuerpo, incluyendo
los músculos y los adipositos. Como su función principal
es transportar nutrientes a las células, las hormonas que
liberan grasas son suprimidas por ella, ya que sino el cuerpo
estaría trabajando contra sí mismo.
Por lo tanto, como efecto
secundario, la insulina contribuye a que la grasa tarde mas en
liberarse de los compartimientos de reserva en el cuerpo. La adiposidad,
entonces, en un ambiente rebosante de insulina, tiende a fijarse
mas fuertemente y ser mucho más difícil de erradicar.
Pero cuando reducimos
los carbohidratos en nuestra dieta, o los eliminamos completamente,
el nivel de insulina en el plasma se reduce considerablemente.
La consecuencia lógica de esto es que, al eliminarse la
sustancia que transportaba nutrientes a las células y que,
a su vez, evitaba que las grasas fuesen consumidas, el nivel de
combustión de las grasas para convertirlas en energía
aumenta considerablemente, haciendo que la eliminación
de los depósitos adiposos sea mucho más sencilla.
Cambios de metabolismo
La falta de consumo de carbohidratos, junto con el alto consumo
de grasas típico de estas dietas, tiene el mismo efecto
que el de pasar varios días (tres o cuatro) sin comer nada,
en completo ayuno.
El cuerpo cambia su metabolismo,
adaptándose a la nueva situación, pasando a un metabolismo
no basado en los carbohidratos sino basado en el consumo de grasas,
ya que se reduce el consumo por quema de carbohidratos, la utilización
de glicógenos y también de glucosa.
Ciertos metabolitos lípidos
cumplen la función de inhibir la utilización de
carbohidratos, así como de reducir la toma y utilización
de glucosa.
Teniendo en cuenta esto,
nos damos cuenta que, al aumentar el nivel de lípidos consumidos
y reducir drásticamente la cantidad de carbohidratos, lo
que hacemos es modificar el metabolismo de nuestro cuerpo, transformándolo
en una maquina de quemar grasa y no de consumir otras sustancias
que son quemadas habitualmente. Esto hace que sea mucho más
fácil eliminar la grasa acumulada, ya que son las reservas
de grasa lo que se consume para mantener el funcionamiento normal
del organismo.
Satisfacción
por cansancio
Las dietas reducidas en carbohidratos tienen otro curiosos efecto,
más psicológico que físico, pero igualmente
útil a la hora de perder kilos.
Los alimentos que no
contienen carbohidratos son pocos, por lo tanto, a la hora de
elegir la comida nuestras opciones son menos que limitadas. Grupos
completos de alimentos son eliminados de nuestra dieta de un plumazo.
Si nuestro respeto por la dieta y sus características es
completo, nos encontraremos con que deberemos repetir comidas
con bastante asiduidad.
Con esto, se produce
un cansancio lógico de la comida. Aun si nos encanta la
carne (el plato más representativo de los grupos permitidos
por este tipo de dietas), lo cierto es que nos cansaremos de comer
carne todos los días al poco tiempo de comenzada la dieta.
Y, cuando esto ocurra, nuestro mismos cerebro protestará,
haciéndonos sentir llenos al poco de haber probado el alimento.
Por lo tanto, nuestro consumo de calorías se reducirá.
Por supuesto, esta
saciedad no es real, ni siquiera física, sino que es mas
bien algo así como un reflejo condicionado. Si se nos ofrece
otro tipo de comida, la sensación de estomago lleno probablemente
desaparecerá instantáneamente, y comenzaremos a
comer como si nunca nos hubiéramos sentido tan hambrientos
como en ese momento.
A esta sensación
a veces se la llama “saciedad especifica sensorial”,
por las características que posee y de las cuales hablábamos
en el párrafo anterior.
Como que la posibilidad de seleccionar lo que vamos a comer se
ve reducida considerablemente, es menos probable que nos permitamos
comer mas, especialmente porque la variedad de gustos que podemos
consumir son menos, con lo cual no sentiremos tanto placer en
la comida y su consumo. En definitiva, comeremos menos y entraremos
en un estado hipocalórico, mas allá de los macronutrientes
consumidos.
Contras
La grasa se quema
gracias a los carbohidratos
La verdad es que la grasa
para quemarse tiene que pasar por un proceso metabólico
dentro de las mitocondrias de los músculos. Este es un
proceso con diversas partes y que se activa de a partes. Es necesario
que estos procesos ocurran para la combustión.
El inicio de estos procesos tiene como primer detonante a un bioproducto
carbohidrato (el oxaloacetato), quien es el que inicia la combustión
de las grasas en los músculos.
Por supuesto, como es lógico y como ya debemos haberlo
pensado, la reducción de consumo de carbohidratos por causa
de la dieta afectara en forma descendente a los niveles de glicógenos,
y afectara a la cantidad de oxaloacetato, con lo cual se afectara
el proceso metabólico de la utilización de grasas,
al faltar en gran parte el detonante del mismo.
Reducción
de la intensidad
Si empezamos una dieta
reducida en carbohidratos debemos estar preparados para enfrentar
una realidad: nuestro nivel de resistencia en el ejercicio físico
se vera reducido considerablemente.
Con estas dietas, los niveles de glicógenos en nuestro
organismo se vacían, y el cuerpo se mueve a otras formas
de energía, moviéndose hacia la utilización
de las quetonas.
Estos niveles claramente reducidos de glicógenos afectan
nuestro rendimiento físico en el gimnasio, tanto en el
trabajo de resistencia como en los ejercicios cardiovasculares.
La menor cantidad de ejercicios de resistencia que seremos capaces
de realizar afectara, como es lógico, a nuestras fibras
musculares, con menos refuerzo del trabajo realizado, ganando
menos musculación, o perdiendo lo ya ganado, en el caso
de una dieta particularmente estricta.
Además, y dejando de lado el tema de la musculación
estrictamente dicho, lo cierto es que también se reducirá
nuestras posibilidades de realizar extensas sesiones de ejercicios
cardiovasculares o aeróbicos; esto significa que quemaremos
menos calorías en total y, por lo tanto, la cantidad de
grasa total quemada en el periodo de ejercicio sera menor.
La teoría que manejan muchos amantes de las dietas reducidas
en carbohidratos es que en realidad el cuerpo necesita un tiempo
para acostumbrarse a la nueva situación metabólica,
que los estudios que demuestran que se reduce la resistencia física
al reducir el consumo de hidratos de carbono dejan de lado el
tiempo que le lleva al organismo adaptarse a un metabolismo basado
en la quema de grasas, no hidratos.
Esto es erróneo.
Perdida de fibras
y micronutrientes
Prepárense, en
el caso de comenzar una de estas dietas, a perder fibras, ya que
la mayor parte de los alimentos con alto contenido de fibras también
tienen un alto contenido de carbohidratos y serán, por
lo tanto, eliminados de la dieta.
Además, es probable que perdamos muchos micronutrientes
(vitaminas y minerales), ya que, como todo alimento, los alimentos
ricos en fibra y carbohidratos son también fuertes fuentes
de ingreso de vitaminas y minerales al cuerpo, aportando gran
parte de estos micronutrientes que no podemos conseguir de otras
formas.
Algo mas, realmente importante, en esta área de la problemática:
las vitaminas y los minerales tienen importantes funciones dentro
del cuerpo y del funcionamiento del organismo.
Ellos sirven como coenzimas para las funciones del cuerpo, lo
cual incluye metabolismo de la energía y la construcción
de las células. Por lo tanto, cuando disminuimos el ingreso
de vitaminas y minerales al organismo también afectamos
su funcionamiento, reduciendo su performance y atrofiando el normal
desarrollo físico.
Hipoglucemia y testosterona
Como se ha dicho anteriormente,
la falta de carbohidratos crea un estado de hipoglucemia crónica.
Esto reduce la producción de una hormona conocida como
Luitenizing.
Esta hormona es vital en la producción de la testosterona.
Es cierto que la grasa y el colesterol son importantísimos
en la producción de esta, pero también es cierto
que la hormona de Luitenizing es necesaria para la producción.
Menos Luitenizing equivale a menos testosterona.
¿Y que significa tener un nivel de testosterona reducido
en el organismo? Bien, para decirlo de una forma lo más
simple posible, esto significa que el nivel de respuesta adaptativa
de nuestro ejercicio se vera seriamente afectado, violentamente
disminuido.
Glicógenos y Oxácidos
deshidrogenados
El glicógeno (o
glucógeno) es un polisacárido soluble en agua, formado
por la polimerización de numerosas moléculas de
glucosa. Se lo conoce también como almidón animal,
ya que es, en realidad, la reserva de hidrocarburos que poseen
los organismos animales: su almacenaje se produce en el hígado
y en menor medida en los músculos.
Bien, considerando lo que acabamos de decir del glicógeno,
es lógico pensar que la reducción violenta del consumo
de hidrocarburos ocasionara una reducción en el nivel de
glicógeno en el organismo. Y niveles bajos de glicógeno
causan que el cuerpo trate de encontrar otras fuentes de energía
para reemplazar las que ya no puede encontrar en los hidratos.
Para esto, recurre primariamente a las grasas acumuladas, pero
también debe recurrir a la energía que el propio
músculo contiene.
Una enzima se produce cuando los niveles de glicógeno se
reducen abruptamente, una enzima que rompe las cadenas de aminoácidos
de los músculos, para usarlos como energía. Esta
enzima se llama Oxácido deshidrogenado.
Y, como ya hemos visto, las dietas bajas en carbohidratos ponen
al cuerpo en un estado continuo de metabolismo basado en la quema
de lípidos, ya que el cuerpo necesita otra fuente de energía
en lugar de la glucosa que habitualmente se encuentra almacenada
y en circulación.
El aumento de la enzima nombrada es una de las causas conocida
de la fatiga central, una inhabilidad del sistema nervioso central
para transmitir correctamente las ordenes nerviosas a los músculos.
Esto es a causa de la desaparición de cadenas de aminoácidos,
rotas para ser transformadas en energía.
Bien, ahora que hemos
explicado los aspectos positivos y los aspectos negativos de iniciar
una dieta reducida en carbohidratos, la decisión de hacerlo
o no es de ustedes. Pero la verdad es que hay ciertos mecanismos
que permiten sacarle algún provecho a la reducción
de carbohidratos, sin por esto sufrir de todos los efectos negativos.
Por esto, en la búsqueda de este punto intermedio donde
las ventajas superan a las desventajas, he aquí una lista
de consejos para sacarle todo el jugo a su dieta.
Consejo 1
Los carbohidratos son importantes y necesarios en el funcionamiento
metabólico regular del cuerpo. Por lo tanto, nunca debemos
pasar mas de tres días sin tener un día donde consumamos
carbohidratos en grandes cantidades.
La idea es conseguir los beneficios de la dieta baja en carbohidratos.
Pero, como dijimos, esta ocasiona la reducción violenta
de glicógeno en nuestro organismo. Y luego de tres días
les puedo asegurar que la reducción será casi total.
Bien, el día alto en carbohidratos nos asegura la recuperación
del glicógeno, con lo que nuestra energía volverá,
y nuestro metabolismo no pasara totalmente a un funcionamiento
perjudicial para nosotros.
Además, como el nivel de nuestra insulina estará
realmente alto, y nuestro glicógeno bajo, los carbohidratos
serán automáticamente almacenados como glicógeno,
por lo cual no perderemos los beneficios de quema de grasas que
ganamos durante los días sin carbohidratos.
En definitiva, eliminaremos uno de los aspectos mas negativos
de las dietas bajas en hidratos de carbono.
Consejo 2
¿Recordamos lo que dijimos sobre la fibra? Bien, lo ideal
es asegurarnos que la ingesta de carbohidratos durante nuestra
dieta sea a través provengan de una fuente fuerte en fibras,
como los vegetales, a lo largo de todo el día. O, la otra
posibilidad, es una ingesta toda junta, en forma de azucares,
justo después de nuestra rutina de ejercicios.
Por supuesto, depende de si estamos hablando de una dieta reducida
en carbohidratos o una eliminación casi total de los mismos.
Cuanto mas abajo estemos en el consumo habitual de carbohidratos,
mas importante se vuelve la recarga de glicógeno cada tres
o cuatro días.
Consejo 3
Si la dieta en la que estamos es particularmente restrictiva,
realmente muy baja en carbohidratos, tal vez un suplemento dietario
nos pueda ser útil.
En realidad, los suplementos que podemos encontrar útiles
son aquellos que nos dan una carga importante de glutamina (una
amida del ácido glutámico que se encuentra en semillas,
como sustancia de reserva). No es el mejor invento de la historia,
pero puede resultar altamente beneficiosa durante periodos de
dieta muy restrictivos.
Esto, por supuesto, solo si nuestros niveles de carbohidratos
son reducidos, sino es un tanto repetitivo y no sumara ningún
beneficio a nuestro estado físico. Lo cierto es que, en
tiempos de escasos carbohidratos en el organismo, los suplementos
dietarios altos en glutamina tomados antes del ejercicio pueden
ayudar a evitar las reacciones catabólicas en el tejido
muscular.
Además, la glutamina tiene como habilidad la de aceptar
iones de hidrógeno, con lo cual evita la acidosis metabólica
(una disminución de la reserva alcalina en la sangre),
que es muy común en casos de seguir una de estas dietas.
Este descenso en los niveles normales de las reservas alcalinas
en la sangre se da porque quienes normalmente proveen de los compuestos
alcalinos son las frutas y las verduras, las cuales se encuentran,
como mínimo, casi ausentes en una dieta baja en carbohidratos.
Consejo 4
Y he aquí algo indiscutible: los suplementos dietarios
de fibras y micronutrientes son algo vital y absolutamente necesario
durante una dieta reducida en carbohidratos.
Un buen suplemento dietario puede proveernos de toda la fibra
que necesitamos diariamente, eliminando así algunos de
las peores consecuencias negativas de la falta de hidratos. Principalmente,
evitar las obstrucciones en los intestinos, comunes en esta situación.
Y, aunque es cierto que los suplementos dietarios de minerales
y vitaminas tienen sus contras (absorción de nutrientes
afectada por la interacción de estos con el organismo,
y ciertos micronutrientes no se modificaran demasiado), lo cierto
es que será mejor tomarlos que tratar de vivir sin ellos.
Bien, esta es una
breve exposición de las ventajas y desventajas de las dietas
reducidas en carbohidratos, así también como una
serie de consejos sobre como sacarle mas provecho, sin dejar que
afecten a nuestro organismo en formas menos que deseables.
Lo cierto es que, cuando estemos en una dieta para perder peso
o para mejorar nuestro estado físico, debemos tener en
cuenta los efectos positivos que el consumo de carbohidratos tiene
en nuestra capacidad de ejercitar y en el correcto funcionamiento
metabólico. Por naturaleza, constituyen una parte central
en el proceso de liberación de energía.
Además, siempre debemos consultar a nuestro medico, para
tener una opinión profesional de alguien que nos conoce.
Pero, mas allá de esto, siguiendo estos consejos podremos
sacar gran beneficio de nuestra dieta y no sufrir tanto por las
posibles complicaciones.