Nutrición
y cáncer de próstata
Alimentos que sí, alimentos que
no
Para estos consejos que vamos a dar
a continuación la base que se utiliza son las dos dietas
que son asociadas habitualmente con longevidad y riesgos reducidos
de cáncer de próstata, que son la dieta tradicional
japonesa y la dieta del Mediterráneo Sur.
Por supuesto, ambas dietas son bastante diferentes, con bagajes
culturales que son totalmente distintos, como es lógico suponer
considerando los disimiles sitios de donde provienen.
Igualmente, podemos encontrar puntos en común entre ambos
tipos de dieta y sobre la base de las dos se pueden definir una
serie de consejos más que útiles.
La dieta tradicional japonesa es una dieta con gran cantidad de
te verde, soja, vegetales y muchísimo pescado. Además,
es muy baja en grasas y tiene una pequeña cantidad de calorías.
Por otro lado, la dieta mediterránea se caracteriza por incluir
una muy importante cantidad de frutas frescas, así también
como vegetales. Por otro lado, también utiliza mucho el ajo,
los tomates, el vino tinto. Es clásico en ella la utilización
de aceite de oliva (totalmente típico) y el pescado.
El punto en común más destacable es que ambas son
muy reducidas en sus contenidos de carnes rojas.
Veamos, entonces, los principios basados en estas dietas que deberíamos
tener en cuenta en el momento de sentarnos a planear como será
nuestra dieta diaria, que incluirá y que no.
Reducir las grasas animales: Los estudios científicos
que se realizan continuamente tienden todos a demostrar de forma
fehaciente una sola cosa: el exceso de grasa, en especial aquella
que proviene las carnes rojas y de los productos lácteos
que tienen un alto contenido de grasa, estimula el crecimiento del
cáncer de próstata.
Así que el primer paso que tendríamos que dar cuando
estamos organizándonos en nuestra dieta es reducir de forma
importante el consumo diario que hacemos de grasas de origen animal.
Evitar ácidos grasos
saturados: Se sabe que estos, que suelen estar muy presentes
en, por ejemplo, las margarinas, así también como
en casi todos los productos que han sido freídos, tienden
a favorecer el crecimiento de tejido cancerígeno.
El pescado es nuestro amigo:
Como vimos en el pequeño comentario sobre las características
de cada una de las dietas en las que estos consejos se basan, ambas
eran bajas en contenidos de carnes rojas, pero muy altas en contenido
de pescados (lo cual es lógico, siendo la primera una dieta
típica de una isla y la otra de una zona que se encuentra
influenciada por el océano Mediterráneo).
Entonces podemos suponer que, así como antes decíamos
que hay que tratar de evitar las carnes rojas, ahora vamos a decir
que hay que consumir pescado.
La carne de estos tendría que tener mucha más importancia
en nuestra dieta de la que tiene normalmente. Pero esto no es solo
por costumbre o por que parezca dar resultado, sino que hay una
razón científica demostrada por la cual es un excelente
consejo.
La carne de pescado tiene un muy alto contenido de ácidos
grasos alfa omega 3, los cuales son muy benéficos en nuestra
lucha contra el cáncer. Lo mejor que podemos hacer es consumir
pescados de agua fría como, por ejemplo, el salmón,
las sardinas o las truchas.
Deberíamos consumirlos de la forma que más nos guste
(hervido, asado o al horno) por lo menos dos o tres veces por semana.
Lo único que hay que evitar a toda costa es que el pescado
que comamos este frito.
Frutas y vegetales también
son nuestras amigas: Lo otro que también aparecía
muy presente en las dos dietas descriptas y que deberíamos
potenciar en su consumo en nuestra nueva dieta son las frutas y
los vegetales.
El consumo diario de hierbas, vegetales y frutas debe ser aumentado,
de forma considerable, especialmente si, como es muy común,
no somos de consumir demasiados.
Constantemente se descubren, en frutas,
verduras, vegetales de hoja verde, hierbas frescas, frutas secas,
semillas y bayas, nuevos y potentes nutrientes con poderes anticancerígenos.
Evitar dietas ricasen calcio:
Se ha demostrado que las dietas que son muy ricasen calcio estimulan
el desarrollo del cáncer de próstata. Así que
es una buena idea mantenernos alejados de ellas.
Multivitamínicos:
Así como hacíamos un comentario anteriormente con
respecto a la utilización de los suplementos dietarios, ahora
podemos decir que es una buena idea, junto con nuestra dieta planeada
e inteligente, consumir diariamente un complejo multivitamínico,
que sea alto en contenido de complejo B y ácido fólico.
Suplementos a evitar:
Hay que tratar de evitar todos aquellos suplementos alimenticios
que tengan una alta dosis de zinc.
Consumo de vitamina C:
Hay que tratar de incrementar el consumo de vitamina C. Pero no
a través de las pastillas o los complementos vitamínicos,
sino que el consumo que estamos tratando de potenciar es el consumo
natural de la misma. Esto incluye todos los cítricos, las
bayas, espinaca, pimientos dulces y el mango.
Té verde: Hay que tomar té
verde varias veces a la semana.
Evitar comida procesada: Hay
que tratar de no excederse en el consumo de comidas procesadas,
preservadas, en forma de pickles o saladas.
Vino tinto: Tomar un
poco de vino tinto cada día ayuda a conservar nuestra salud.
Por supuesto, en exceso es bastante perjudicial, pero si nos limitamos
a las cantidades moderadas que nos resultan favorables deberíamos
incluirlo en nuestra dieta habitual.
También hay que hacer lo mismo
con uvas negras y también se puede consumir jugo de estas
uvas.
Vegetales de hoja: Bien,
exactamente lo que suponemos. Hay que consumir vegetales de hoja
verde oscura de forma frecuente. Sin muchos misterios.
Vegetales contra el cáncer:
Hay determinados vegetales que son protectores contra el
cáncer. En esta categoría entran la coliflor, el repollo
y el brócoli.
Tomates y licopenos: Los tomates y especialmente los productos
que se hacen con tomates tienen en general un alto contenido de
licopenos, una poderosa sustancia anti-cáncer. Esto incluye,
por supuesto, las salsas, el puré de tomate, el ketchup,
etc...
Evitar aceites de lino:
Hay que tratar de evitar los aceites que se extraen de semillas
de lino, ya que pueden estimular el crecimiento de las células
cancerígenas, especialmente del cáncer de próstata.
Se puede obtener los ácidos alfa omega 3 que tienen estos
aceites y que son muy saludables a través del pescado fresco
y de las frutas secas, especialmente las nueces.
Sí al aceite de oliva:
Lo que si hay que hacer es utilizar aceite de oliva, el cual es
muy saludable, especialmente si es puro. Esto se debe principalmente
a que tiene altos contenidos de vitamina E (un potente antioxidante)
y antioxidantes varios.
El aceite de aguacate también
es muy bueno para su utilización diaria. Los que hay que
evitar son todos aquellos aceites que sean muy ricos en grasas polisaturadas
como el de maíz o el de soja.
Vitaminas aprobadas por el médico:
Hay ciertas vitaminas que pueden resultarnos muy beneficiosas.
En particular nos referimos a la vitamina E, Gamma y de D-Alfa.
Pero siempre tenemos que hacerlo con la aprobación de nuestro
medico de cabecera.
Todo tenemos que consultarlo con él,
ya que es quien mejor nos conoce y quien mejores y más certeras
indicaciones nos puede dar con respecto a que es lo que puede hacernos
bien y que puede afectarnos negativamente.
Estudios recientes demuestran que, si
bien es beneficiosa, la ingesta de vitamina E también puede
tener un lado oscuro, que puede terminar generando serios riesgos
sobre el consumo de la misma. Razones de más para controlarnos
con nuestro médico.
Algunas fuentes naturales de vitamina E son las nueces, las semillas,
el aceite de oliva, el aceite de aguacate, el germen de trigo, las
arvejas y la leche con bajo contenido de grasa.
El selenio: El selenio
es un antioxidante muy poderoso y una de las moléculas clave
en el funcionamiento de nuestro sistema inmunológico. La
mayor parte de los estudios muestran que un suplemento diario de
doscientos microgramos de selenio es soportado y hasta útil.
Igual, los beneficios parecen ser solo
para aquellos que tienen niveles naturales de selenio bajos, algo
que, en realidad, es difícil y caro de medir. Pero como,
por otro lado, el selenio es muy barato y no es tóxico a
los niveles de los que estamos hablando, no puede hacernos daño
el actuar con la idea de que tenemos niveles bajos del mismo y tomar
dosis de selenio.
Algunas fuentes naturales de selenio conocidas son ciertas frutas
secas, el pescado fresco, los granos, el germen de trigo, los hongos,
el salvado, la avena, el arroz integral y un largo etcétera.
Bien, estos son algunos consejos,
a tener en cuenta a la hora de reorganizar nuestra dieta, para tratar
de cuidarnos al menos un poco del cáncer de próstata.
Como siempre, hay que ver a nuestro
médico y consultarlo con respecto a que es lo que tenemos
que hacer. El sabrá decirnos. Y seguramente nos dirá
que estos son muy buenos consejos.
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