Fantasías eróticas
Noté cómo te acercabas a mi trasero cada vez más y más, al punto de
quedar conectados
por una atracción sin límites, notaba como tu polla latía detrás de mí
y mi coño la sentía.
Levantaste mi falda de forma sutil y hurgaste con tu mano dentro de mi
húmedo y deseoso sexo, y lo encontraste.
Metiste más de tres dedos dentro de él, y mientras más calido y
deseoso se ponía me tocabas con tal pasión que sentí el placer del
primer orgasmo enseguida.
No podía controlar el placer y mi cara me delataba. Trataba
de disimular y hablar con los amigos pero estos veían mi cara
sonriente y fuera de control.
Estuviste un buen rato dando y dando placer a mi sexo. Me acercaste a
ti un poco más y sentí tu polla latiendo cerca muy cerca. Tanto que se
me abrió el coño para recibirte.
En ese mismo instante sentí como se colaba dentro de mi tu polla,
sabía donde quería estar, sentía el calentito de mi vagina que
palpitaba de pasión y de gozo.
Me diste una embestida y la aguanté, cara a los demás, como si nada.
La segunda fue mas profunda y mi cara era ya de puro placer y
desenfreno, y otra y otra.
Me follaste durante un buen rato. Yo jadeaba, no podía soportar tanto
placer y disimularlo, pero en realidad todos estaban mirando y
disfrutando con nosotros, y se estaban poniendo a tono a nuestra
costa.
Te miré de reojo y parecía no importarte en absoluto, y yo
aunque hubiera querido no podía evitarlo: estaba gozando de un buen
polvo, del mejor polvo publico de mi vida.
Al rato de estar juntos sentí como tú lo disfrutabas y derramabas
entre mis piernas todo el semen que tenías y que me había desbordado y
salía de entre mis muslos.
Metiste tus manos entre mis piernas y me acariciaste los muslos
mojados del placer con naturalidad e incluso con ternura.
Me volví hacia ti y te cogí las manos mojadas todavía y las
besé y las lamí, porque en cada uno de esos actos seguía el placer de
nuestro encuentro.
Enviado por Paca G. ¡Muchas gracias!
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