El Prater
de Viena, popular espacio de recreo de los vieneses con un parque de atracciones
famoso en todo el mundo, fue abierto al público en 1766 por el emperador José II.
Antes de eso el Prater había sido durante siglos coto imperial de caza – los
primeros escritos se remontan a los años 1162 y 1403.
Ya en el mismo año de su abertura al público múltiples taberneros, cafeteros y
pasteleros montaros sus carpas en el Prater, asimismo se construyeron los
primeros tiovivos.
Aun cuando al principio el Prater fue más bien un lugar de recreo para el pueblo
sencillo, a lo largo de las décadas se fue desarrollando más y más hasta
convertirse en un lugar de entretenimiento también para el público más exigente.
El parque de atracciones inaugurado en 1895 "Venecia en Viena ("Venedig in Wien")
– una reproducción de la ciudad de los canales con auténticos canales por los
que navegaban góndolas – atraía a visitantes de todas las clases y capas
sociales.
Fiestas populares, bailes e impresionantes fuegos artificiales entusiasmaban a
las personas tanto como las operetas dirigidas por padre e hijos de las familias
Strauss, Lanner, Ziehrer y Lehar.
En el año 1896 el ingeniero inglés Walter B. Basset, tuvo la idea de construir
una Noria (vuelta al mundo) Gigante en la "Venecia en Viena", por aquella época
famosa ya en toda la monarquía.
En los
años precedentes había construido "Giant Wheels" ("ruedas gigantes") de este
tipo en Londres y en Blackpool, que gozaban de una enorme popularidad y
aceptación.
Una vez superadas las reticencias de las autoridades pertinentes, se otorgó la
licencia de obra con unos cánones de construcción muy estrictos y se comenzó con
los trabajos en noviembre de 1896.
Tras un periodo de obras de sólo ochos meses se atornilló el último tornillo en
la construcción de la noria con motivo de una gran fiesta celebrada en honor al
sexagésimo aniversario del gobierno de la reina inglesa Victoria.
Tras unas vueltas de prueba reaiizadas con éxito por los ingenieros
responsables, la construcción estaba lista para ser utilizada: El3 de julio de
1897 se abrió al público la Noria Gigante de Viena.
30 cabinas con 20 asientos cada una invitaron a subirse y dar una vuelta.
Multitudes de vieneses acudieron para poder admirar su ciudad desde 60 metros de
altura.
El fuerte auge económico de Austria, el quincuagésimo aniversario del gobierno
del emperador Francisco José 1. y la Exposición Mundial en el año 1898
contribuyeron tanto como las representaciones de los audaces artistas sobre los
tejados de la cabinas a que la gran afluencia de visitantes fuera siempre
constante e imperturbable.
Durante la
Primera Guerra Mundial
se suprimió el funcionamiento desde 1914 hasta
1916 por orden de las autoridades.
Un nuevo propietario del inmueble incluso solicitó en el año 1915 la demolición
de la Noria Gigante. Puesto que los propietarios no podían financiar los costes
de la demolición, la noria fue embargada y subastada en 1918.
Durante los últimos días de la
Segunda Guerra Mundial la Noria Gigante fue
gravemente dañada: Un incendio destruyó todas las 30 cabinas y toda la
instalación técnica.
Pero a pesar de que la ciudad estaba llena de escombros y cascotes y sufría
hambre y miseria, la noria fue reconstruida en tiempo récord, pudiéndose volver
a poner en funcionamiento ya el 25 de mayo de 1947.
Y también
hoy, más de 100 años después de su construcción, la noria gigante de Viena goza
de una popularidad y aceptación inquebrantables.
Como escenario de múltiples películas, como "El tercer hombre" o la de James
Bond "The living DayLights", la Noria Gigante ha adquirido fama mundial como
emblema de Viena.
O como dicen las palabras traducidas de una canción vienesa: "Querida Noria mía,
a todo sobrevivirás, y dentro de cien años, como rueda de la fortuna aún
girarás".
La Vuelta
al Mundo o Noria Gigante (Wiener Riesenrad en alemán) se encuentra en el
emblemático parque Prater de Viena, estación Prater Stern del metro U1.
La
entrada es de pago, y hay una entrada combinada que permite visitar también otra
tradición vienesa, el parque zoológico Schönbrun (estación Schönbrunn del metro
U4), por un 25% menos de lo que se pagaría comprando las dos entradas por
separado.
El
ascenso se realiza en las cabinas de madera (semejantes a un vagón de tranvía)
originales, que permiten tener una espléndida vista de la ciudad cuando se llega
al punto más alto (64,75 m.).
Al pie de
la noria, mientras se espera para entrar a las cabinas, se puede visitar un
exposición sobre la historia de la noria y de Viena.
Y, si quieres darte un
gusto muy especial, puedes alquilar una cabina especial para una cena romántica
o incluso celebrar una fiesta en la altura en alguna de las cabinas de lujo que
se rentan para eventos.