|
Psicológicamente,
se podría explicar que el hombre actúa
ante es instinto de "Eros", instinto
de vida, que se contrapone al de muerte,"Thanatos".
Al sentirse en peligro confunde los códigos
genéticos y libera esas hormonas provocadoras
del instinto de perpetuarse; lo mismo ocurre
cuando recibe estímulos primarios que
satisfacen su goce, a través del contacto
de zonas erógenas confundiendo nuevamente
el amor con el miedo, vértigo, mareos;
y es aquí en donde se desencadena la
magia de los alimentos; muchos de ellos con
componentes químicos que solos, de por
sí, pueden comprometer los sistemas hormonales
antes descriptos; y otros que por asimilarlos
o compararlos con experiencias anteriores, provocan
o despiertan recuerdos pasados, ya sean agradables
o no, provocando también una liberación
hormonal. Más allá de todo este
proceso, queda por aclarar el hecho de la psiquis
humana y sus estados de represión o el
permiso otorgado a sentir, o no, un estímulo
determinado, acá entran en juego los
códigos sociales, la cultura, la religión
o las leyes, y la moral; provocando un estado
de control-descontrol que también genera
una descarga eléctrica provocadora de
reacciones que indican al individuo a las fobias
o manías (sadomasoquismo, zoofilia, festichismo,
homosexualidad, onanismo, pederastia, etc.)..
Porque, si bien un hombre y una mujer pueden
experimentar todos estos estímulos que
he detallado, llamados "amor", acrecentados
posiblemente por la toma de algún elemento
"afrodisíaco", pero se encuentran
en una plaza pública y, rodeados de niños,
lo factible será que repriman esos impulsos,
pudiendo dilatar el encuentro hasta que se hallen
en un lugar adecuado o posponiéndolo,
porque no disponen del tiempo y el entorno adecuado
para ello, provocando una ruptura de esos instintos
iniciales y bloqueándolos. Es importante
destacar que el hombre responde a un estímulo
de impacto visual en tanto que la mujer lo hace,
a una estimulación más del instinto.
El hombre, en los inicios de los tiempos, se
hallaba más comprometido con el medio
natural y su entorno, por ende respondiendo
de forma más primitiva o innata ante
los estímulos de su propio organismo
y mandatos hormonales y genéticos y,
a la vez, más conectados con éstos;
pudiendo establecer inmediatamente ese llamamiento
al acto de perpetuar la especie; tanto como
el reconocimiento de los elementos químicos,
necesarios al buen desarrollo de su vida orgánica,
ya sea proteíco, calórico, vitamínico
o de origen terapeútico dependiendo siempre
del medio natural y su entorno para satisfacerlos,
provocando sino su migración a otras
regiones o la muerte. A lo largo de los siglos
fue olvidando socialmente estos hechos a través
de su lucha contra la naturaleza y en dominio
del ambiente y, a manera de vencerla, se desligó
de ella; no por ello perdiendo su estado nato
de ordenamiento genético y su conección
innata a órdenes primitivos de supervivencia;
de esta conección con la naturaleza y
el cosmos puede hallarse constancia en la observación
de las costumbres del hombre primitivo por medio
de los rituales de étnias indígenas
americanas del sur, por ejemplo: el festejo
de Fin de Año que se realiza el día
21 de junio, en contraposición del 21
de diciembre en el calendario del Norte; teniendo
en cuenta su ubicación geográfica,
ambas fechas (cada una en su continente) coinciden
con el solstilegio de invierno en el que se
adora al sol naciente y se pide por un año
venidero con mayores beneficios, fecundidad
y buenas cosechas; en Escandinavia se ofrecía
un ganso (o pavo) a Woodan, suplantado por el
pavo de Navidad fecha corrida por el cristianismo
como adoración del nacimiento de Jesús
Cristo y, en el continente sur, suplantada por
el "San Juan", pero sin perder dentro
del folklore popular, el arrastre de costumbres
primitivas en adoración al fuego y al
sol.
Tomando parámetros socio-culturales de
valores adquiridos subjetivos a modificar situaciones
acordes a los factores presentes de estimulación
sensitiva: si ponemos a un grupo de personas
de diferentes sexos dentro de una habitación
oscura (totalmente -dark room=habitación
negra-) y le pedimos que se quiten la ropa hasta
quedar totalmente desnudos (imponiendo como
condición que no se utilice palabra y
que se puede negar a estar con alguien, sólo
rechazando con la mano) y que el tacto sea el
único medio de contacto primario; limitaríamos
los factores de estimulación sólo
al tacto, olfato y gusto; pudiendo provocarse
acercamientos físicos de contacto sexual
que, a lo mejor, de estar presentes vista y
oído no se hubiesen provocado; otro factor
fundamental es que el hecho de esa oscuridad
que impide saber con quién se está,
puede inducir un encuentro entre iguales sexos,
que puede ser aceptado o rechazado; de ser aceptado
por sentirse estimulado el uno por el otro,
no entraría en juego el sentido de la
culpa o los condicionamientos socio-culturales
que lo habían impedido, tal vez, por
el efecto visual que además de la propia
experiencia de satisfacción o culpa,
implica la participación o aceptación
de los demás individuos, pudiendo provocar
una sanción moral a través de
la crítica o del desplazamiento del grupo
de pertenencia.
|
|
|