Con lo que afectaran al PBI y generaron una fuerte oposición de la sociedad a las
acciones económicas. Algunas medidas como el congelamiento de cuentas de ahorros en dólares, los impuestos a los salarios, y los recortes a las pensiones,aunado ello a los descubrimientos de una ola de corrupción del gobierno, hicieron que la población saliera a las calles y produjera olas de violencia. A fines del 2001 y gran parte del año 2002, esta población afectada fuertemente por la crisis, desde los niveles bajos, que asumían continuamente tasas de inflación mayor y un nulo acceso al crédito, ya sea por su carestía o por la falta de ellos. Hasta los niveles medios y altos, afectados por la retención de sus fondos y por una pérdida del valor de la moneda.
Las manifestaciones produjeron una crisis política de modo que se sucedieron tres
presidentes en menos de 15 días. La nación Argentina enfrentaba así una de las
peores etapas de su historia, a inicios del 2002 se dejo en flotar al peso, en tanto se
establecían tasas de cambio para los certificados en dólares que debían devolverse al
público, la no devolución había ocasionado en noviembre y diciembre del 2001, una
enorme corrida bancaria.
Los indicadores sociales fueron el principal detonante de la crisis social, que siguió a
la económica, con un desempleo que pasó de 6% a más del 18% en el 2002, se pasó
de 16.1% de población por debajo de la línea de pobreza en 1993 a 30% en el 2002,
las cifras han subido más después de la crisis generalizada del 2002.
Las crisis financieras no sólo afectan al sistema de pagos, también ocasionan una
profunda debacle social y retrasan el desarrollo ya de por sí lento de las economía
latinoamericanas, que con raras excepciones tiene economías sólidas.
Las crisis y sus mecanismos de predicción y corrección han sido ensayadas en estos últimos años, sólo queda esperar que esta historia no se repita en el Perú, que ha
iniciado lentamente un crecimiento económico en el 2003.
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