La más grande economía latinoamericana, tuvo problemas económicos que afectaron
el desempeño de la región. Brasil con un PBI ocho veces más grande que Perú, tres
veces más grande que Argentina y dos veces más que México, inició un proceso de
reforma de su economía. En 1994 se dio inicio al Plan Real, el cual hasta 1998 había
logrado cambios como: reducir la inflación, privatizar la actividad del estado, abrir la
economía al mercado mundial, abrir y reestructurar el sistema financiero.
El Plan Real se inició con un ajuste fiscal que buscaba equilibrar las cuentas del
gobierno, principal motor de las alzas inflacionarias (alrededor de 900% entre 1984 a
1994).
En el caso monetario, Brasil adoptó el esquema de paridad cambiaria, es decir
diariamente se ajustaba a la par el valor del dólar y del real, es decir un dólar costaba
un real. Producto de estos ajustes la inflación en sólo un año pasó de 43% en 1994 a
1.7% en 1995, esto significó una apreciación de la moneda brasileña en términos
reales, con lo que la tasa de interés local subió y se propició de este modo una
entrada de capitales.
Simultáneamente la economía brasileña asumía más niveles de deuda externa, que
eran necesarios para hacer frente a este cambio estructural, este incremento coincidió
con un alza de las reservas internacionales.
La abundancia de capitales propiciada por los mayores intereses y además por una
privatización de la banca estatal, logró que se aumentara los niveles de crédito privado
sobre todo el de consumo, la mayor parte de estos nuevos fondos eran capital
financiero de corto plazo.
La expansión financiera originó un continuo incremento importador que afectó el saldo
en cuenta corriente, el déficit brasileño en este sentido fue de más de 33 mil millones
de dólares, la mitad de los cuales se financiaba con capitales financieros.
Se sucedieron, además, muchos factores que afectaron el desempeño brasileño. En
1998 aún era palpable el deterioro de los precios internacionales, situación que se
agravó afectando los términos de intercambio del país.
Una de las variables que más variaciones tenía era la tasa de interés, la misma que
sirvió de ajuste a los embates externos, toda vez que debía sostenerse la paridad
cambiaria, esta tasa fue creciendo repetidamente aún con la salida de reservas, lo que
indicaba una enorme apreciación en términos reales que aún no se corregía, cuyos
efectos se trasladaban al nivel de interés afectando toda la actividad real. Las tasas de
interés pasaron de 22% a más de 40% en 1998, bajaron 20% a mediados del 98 y
subieron a 45% para mediados de 1999.
Para fines de 1998, los capitales comenzaron a salir del Brasil, el paulatino aumento
de la inflación y del déficit fiscal comenzaron a ser indicadores de problemas, la
economía ya no pudo financiar el déficit de cuenta corriente, las reservas
internacionales se agotaron y se tuvo que dejar libre la cotización de la moneda, con
ello el real se devaluó en más de 50% de 1998 a 1999. Se inició así la caída del plan
real y la crisis brasileña, a partir de enero de 1999. Las reservas internacionales
pasaron de más de 7 mil millones a inicios de 1998 a poco menos de 4 mil millones a
fines de 1999, con una fuerte caída a poco más de 3 mil millones a inicios de 1999.
El cuadro 7.5 resume algunas consecuencias de la crisis brasileña.
Con la caída del valor del real, los problemas comenzaron a trasladarse al resto de
países de la región, los más afectados fueron los socios del MERCOSUR que tuvieron
una progresiva pérdida de valor en sus exportaciones.
El principal afectado fue Paraguay, socio comercial con un 70% de su comercio con
Brasil y Argentina, cuyas exportaciones eran del orden del 30% a Brasil. La caída de
la economía brasileña y el encarecimiento de sus precios producto de la devaluación
del real, afectaron la economía Argentina, la que fue poco a poco sumando problemas
de balanza corriente y tuvo que hacer ajustes monetarios en su sistema de
convertibilidad.
El gráfico 7.5 muestra el desempeño de la economía latinoamericana en el lapso de la
crisis brasileña.
La economía latinoamericana tuvo una pronunciada caída del producto real a partir de
1997, se juntaron los dos efectos, la crisis asiática y brasileña, de modo que la
variación del PBI fue negativa al cierre de 1999.
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