Cuando Colon encontró América, nunca se imagino que un americano autentico iba a conquistar cada casa, cada cocina y cada paladar europeo, el rojo escarlata de los tomates, su sabor tan especial, la textura de su carne lo convirtió en un ciudadano universal. Los antiguos indios de este nuevo continente lo veneraban como un símbolo de la fertilidad y la abundancia, hoy es el ingrediente principal de todas las cocinas del mundo. ¿Que seria de la cocina sin una buena salsa de tomate?
Si bien está claro que la planta cultivada procede de México, único país en donde se cultivaba antes de la colonización española, la especie botánica original de la cual surgió el género Lycopersicon, perteneciente a la familia de las solanáceas, tiene su máxima diversidad en la zona de los Andes peruanos.
Su color, aroma y sabor son las tres gracias que nos brinda este increíble fruto para engalanar nuestra cocina. El “Tomatl” (nombre del que derivaría la palabra ‘tomate’) o científicamente “Lycopersicum esculetum” crudo o cocinado, se distingue por su versatilidad al combinar perfectamente con distintos ingredientes dentro de la cocina y su definitiva conquista de los países mediterráneos uniéndose al pan de trigo, el vino y el aceite es tan profunda y evidente que resulta difícil concebir una cocina italiana, griega o española sin la textura y el maravillosos sabor de este fruto.
El tomate se difundió por el mundo y los portugueses quienes jugaron un papel importante en la difusión de determinadas plantas cultivadas en países del sudeste asiático lo llevaron a las costas de Molucas favorecieron así la introducción del tomate en Asia. Tanto en China como en Corea fue introducido en el siglo XVII, el mismo siglo que aparece en Malasia con el nombre de tomatte y que fue introducido en Filipinas por los españoles. En Japón se conoció en el siglo XVIII. Los primeros cultivos en Estados unidos se realizaron en el estado de Virginia en 1782.
El tomate le dio una nueva dimensión al a la culinaria y la gastronomía. Haciéndose tan indispensable que los grandes cronista le dedicaron algunas páginas para describirlo y los científicos de la época se dedicaron a estudiarlo
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