Imaginemos
que concurres a un sanitario para realizar tus
necesidades fisiológicas, en un país
en el cual se habla un idioma que no es el tuyo.
Aparece una persona y comienza a increparte
con un tono ofuscado algo que no puedes comprender
ya que, como dijimos, esta persona habla en
otro idioma.
Inmediatamente interrumpes lo que estabas haciendo
y abandonas el sanitario.
La pregunta es ¿Qué es lo que
quiso decir esa persona?. La respuesta que vas
a encontrar inmediatamente es que esta persona
te regaño por haber realizado tus necesidades
fisiológicas. No vas a interpretar que
el problema era que no podías usar ese
sanitario, vas a focalizar la prohibición
en el acto fisiológico en sí.
¿Qué es lo que harás de
aquí en más? Lo primero que harás
será evitar tus necesidades fisiológicas.
Soportarás el mayor tiempo posible las
mismas. Pero cuando ya no puedas soportarlo
más, tratarás de hacerlas en un
momento en que esta persona no te vea, ya sea
en su ausencia o a escondidas, sea en el mismo
sanitario o en cualquier otro lado, en cualquier
rincón donde encuentres un escondite.
Vamos ahora a ubicarnos en el pensamiento de
tu perro. Supongamos que tu perro orina la alfombra.
Lo descubres en este acto y lo regañas
fuertemente por haber orinado la alfombra, recordemos
que le estás hablando en un idioma que
el no entiende, sólo comprende tus gestos
corporales y faciales de agresividad. Lo que
tu perro interpretará no es que lo prohibido
es orinar la alfombra, sino que lo prohibido
es el acto de orinar en sí. Como respuesta
a esto de aquí en más tu perro
evitará orinar. Lo hará todo el
tiempo que le sea posible. Pero cuando ya no
soporte más orinará a escondidas,
ya sea en un rincón, en otra habitación,
o aprovechando tu ausencia, e incluso podrá
hacerlo sobre la misma alfombra a condición
de que no estés presente.
El problema que tenemos ahora es que tu perro
tratará siempre de orinar fuera de tu
presencia, esto te priva de la posibilidad de
corregirlo en el futuro, con lo cual, lejos
de haber corregido el inconveniente inicial,
hemos agravado la situación. Ya que mientras
cachorro realice sus actividades sanitarias
fuera de tu presencia, no estarás en
condiciones de enseñarle cual es el lugar
correcto para hacerlo.
Esto es lo que se hace generalmente con los
perros. Se lo confunde de tal manera que el
cachorro termina haciendo sus necesidades fisiológicas
siempre que fuera de la vista del amo.
La interpretación que el dueño
hace de todo esto, es que el cachorro sabe que
no debe orinar la alfombra, y por lo tanto siempre
lo hace a escondidas, como si lo hiciera con
culpas.
Como nosotros pusimos un ejemplo, de qué
es lo que interpretaríamos nosotros si
estuviéramos en lugar del perro, cuando
hablamos de concurrir a un sanitario en el cual
nos regañan en otro idioma, ahora sabemos
que es lo que está pasando por la cabeza
del perro.
La idea es que jamás se debe regañar
a un perro por orinar, y no importa el lugar
donde no haga, porque el perro interpretará
que el regaño se debe al acto en sí
de orinar, y no al lugar en el cual lo está
haciendo. De la misma manera que nos habría
ocurrido a nosotros en aquel sanitario de ese
remoto país en donde se habla una lengua
distinta a la nuestra, la cual no comprendemos
en absoluto.
Lo que se debe hacer es trasladar con total
amabilidad al cachorro al lugar en el cual sí
puede orinar. Pero siempre con amabilidad y
sumo cuidado. Debemos aprender a manejarnos
con el lenguaje canino, aplicar las técnicas
adecuadas, que requieren paciencia, pero que
son las que nos harán llegar más
rápidamente a nuestro objetivo. Si no
actuamos de esta manera el cachorro de aquí
en más realizará todas sus necesidades
fuera de nuestra presencia y será muy
difícil poder corregirlo.
El cachorro orina porque es una necesidad fisiológica.
Regañarlo cuando está orinando
es regañarlo por el acto de orinar en
sí. El cachorro no interpretará
que el regaño es por el lugar donde orina,
sino por el hecho de estar orinando. Interpretará
que está prohibido orinar, y como no
puede sobrevivir si no orina lo hará
a escondidas.
Nunca jamás se debe regañar al
cachorro cuando está orinando, porque
de hacerlo así el problema se prolongarán
por mucho más tiempo del que debiera.
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