El pan es una solo una porción de masa de harina de algún cereal, por lo común de trigo, mezclado con agua que se cuece en un horno y sirve de alimento, esto es lo que básicamente conocemos con este nombre, pero dada su importancia dentro de la alimentación humana, podemos decir que mas que una porción de de masa cocinada, ha sido para nosotros el sustento que nos ha permitido evolucionar, no en vano llamamos al trabajo ganarnos el pan.
Este alimento, formo desde el principio de la historia una parte importante de la dieta.
Con grano de cereales han sido elaborados los productos empleados en la alimentación humana desde los tiempos más primitivos, especialmente el trigo, pero también la cebada y el centeno, que han sido consumidos primero crudos y posteriormente cocidos. En los orígenes de nuestra historia humana estos cereales eran simplemente triturados con piedras y se han encontrado restos de harina de cereales en las tumbas de la Edad de Piedra y en construcciones lacustres. El cultivo del trigo se practica desde hace 10.000 años y su cosecha mundial ha estado siempre muy relacionada con el progreso del hombre.
Los primeros panes que comieron nuestros antepasados en la edad de Piedra eran simplemente trozos planos de una papilla espesa, sin levadura, que eran tostada sobre piedras o metales calientes, como lo hacemos ahora en budares o comales, a los que precisamente por el método de su preparación se les llamó galletas u hogazas.
El pan fue la base principal de la alimentación, en tiempos pasados, y ciertamente no muy lejanos, su historia va unida a la de la civilización y el progreso humano. El pan era ya conocido antes del nacimiento de Cristo, y se cocían sin levadura, es decir, pan ácimo.
En los tiempos de Moisés los hebreos difundieron la técnica de la fermentación y esta se debió a un dichoso accidente el año 3.000 antes de Cristo, en Egipto, un aprendiz de panadero descuidó una masa preparada y esta quedo expuesta al aire durante más tiempo que el acostumbrado. La superficie húmeda de dicha masa se fermentó y al hornearla se hinchó logrando un volumen muy superior al original. Este fue el origen del pan blando, esponjoso, de cáscara dorada y crujiente, sabroso y fácil de digerir. La fermentación de la masa se había logrado en forma natural.
Según se deduce de la interpretación de algunos jeroglíficos el pan se consumía con superabundancia en Egipto, y ya en el año 400 aC. Aristófanes describió su proceso de elaboración, los hebreos, los egipcios y pueblos vecinos utilizaban las masas fermentadas con levaduras dentro de su cultura antigua y extendieron esta forma de alimentación a Grecia, donde se perfeccionó su elaboración al mejorar la calidad del pan y adecuar la cocción con la utilización de los primeros hornos.
En los principios del pan, este entro en nuestras cocinas artesanalmente, la elaboración era casi familiar, a mano o en pequeños hornos, lo que dificultaba el suministro a la población. Fueron finalmente los romanos quienes se encargaron de transmitir estas técnicas a la totalidad de Occidente. La cocción del pan se divulgo y favoreció en Italia con la aparición de quizás la primera corporación de panaderos que se dedico a la fabricación de diversas clases de pan impulsando de este modo el comercio panadero, con la utilización de diversos cereales y distinguiendo el pan blanco del moreno, que a diferencia de hoy en día se suponía de inferior calidad y más consumido por la población de clase baja. Hoy por hoy este pan moreno o integral es considerado de mayor beneficio para la salud. En nuestros días, se ha conseguido una evolución técnica con modernas panificadoras que ha permitido el abastecimiento de las poblaciones y la regulación de un gran mercado.
Hoy, y especialmente en las sociedades occidentales que han alcanzado un considerable desarrollo, ya no es así, o no lo es hasta el mismo extremo, aunque sigue siendo, por supuesto, un elemento nutritivo prácticamente imprescindible.
|