Aunque los pimientos son de origen Americano y llego a Europa luego del descubrimiento de América por Cristóbal Colón, el paprika es una variedad de pimentón dulce, que se produce principalmente en Hungría y que molido es una de las especias más ricas y polifacéticas del mundo, no sólo por su excelente color y sabor, sino también por su contenido en vitaminas A y C. Es el ingrediente más característico de la cocina húngara y aunque El pimentón se conocía solo fue incorporado a la gastronomía de Hungría por primera vez en el siglo XIX.
Szeged al sur del país es la capital del paprika, o la zona denominación de origen y es donde se recolecta, y se procesa dejándolo secar para luego molerlo hasta volverlo polvo, que es la forma más común de consumo y como lo exportan al resto del mundo.
Se utiliza como un ingrediente principal en guisos o platos con salsas, sopas, en quesos, elaboraciones de carne, pescado, es decir realmente para casi cualquier plato, para darle color, aroma y el sabor característico de esta cocina.
Es tan primordial que sólo como un ejemplo podemos decir que dentro de la cocina húngara casera, a cualquier pescado o carne al natural, antes de ser asado a la parrilla o frito se le reboza en una mezcla de paprika molida con harina para lograr realzar su sabor, porque si algo distingue la cocina húngara es el influjo del intenso color rojo de la páprika húngara, en todos sus platos.
Puede ser dulce o picante, su aroma es singular, impregnando los diversos platos no sólo con su color sino con su delicioso aroma, muy superior a sus similares y como todos los ajíes o pimentones ejerce su favorable efecto sobre el aparato digestivo.
Para utilizarlo correctamente las técnicas de esta cocina aconsejan apartar la cazuela o la surten del fuego antes de añadirlo o bien incorporarlo junto con un líquido. De lo contrario, el azúcar que contiene se carameliza y afecta al sabor y color del plato, dándolo un ligero sabor amargo.
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