LA CIRCULARIDAD EN LA COMUNICACIÓN:
La comunicación entre la pareja no es unidireccional, sino circular; esto es, la información va de A a B y de B a A. Cuando tienen hijos, que identifico con C, la comunicación será entonces, de A a B, de B a C, de C a A y/o B y así sucesivamente.
Cuando existen conflictos, por lo general uno de los cónyuges le echa la culpa al otro(a), pero se excusa a sí mismo(a). Teniendo en cuenta la circularidad de la comunicación (y por ende de la relación), se vuelve inútil la búsqueda de un(a) culpable y por tanto ello le resta productividad y salida positiva a la relación de pareja.
Tanto marido como mujer deberán entonces de ser conscientes que ambos son igualmente responsables tanto de sus problemas como de la resolución de conflictos y dejar a un lado el papel de víctima o victimario(a). Con unos ejemplos entenderás mejor lo anterior: Si el marido toma trago y se ausenta a menudo del hogar, o consigue una amante, puede ser porque la esposa lo trata mal y/o le hace la vida imposible en el hogar.
Tanto el marido que maltrata a su mujer, como la conducta pasiva de ésta que facilita el comportamiento agresivo del marido, son igualmente responsables de esa escalada de violencia. Una esposa puede ser muy celosa, porque a su esposo le encanta coquetear con otras mujeres. Siendo conscientes de lo anterior, los esposos dejarán de echarse la culpa mutuamente sobre los problemas y conflictos que tengan y buscarán ambos formas de superarlas que pueden incluir las ayudas y técnicas presentadas en este curso.
El otro extremo es que ambos eviten tratar sobre los conflictos con la idea errónea que si los expresan pueden agudizarse los problemas. Esto es un error, tanto en la relación de pareja como familiar, sus integrantes deben ser conscientes que una pareja o una familia no son sanas sino no pelean. Ahora bien, la pelea puede ser negativa (como en el caso de las agresiones verbales y físicas), o positiva o “limpia”, explicada más adelante.
EL PERDÓN:
En la comunicación, cada miembro de la pareja tendrá en cuenta que perdonar es algo indispensable para cimentar una buena relación. El perdón es algo que sentimos internamente, cuando perdonamos al(la) otro(a), sentimos paz. No es suficiente con manifestar exteriormente el perdón si quedan secuelas internas; por lo que “perdonar pero no olvidar” no es perdonar. Aclaro que debemos perdonar a la persona, así condenemos en forma consuetudinaria la acción; ej. perdonarla aunque critique su tacañería. Perdonar no es estar sumiso(a) con mi pareja, ni renunciar a mis derechos como persona, pero sí a las varias formas de venganza; si deseo desquitarme de lo que me hizo, no estoy perdonando; por ello no es conveniente guardar y sacar la “lista de agravios”, sobre todo cuando la pareja ha solucionado problemas anteriores y solamente expresar aquello que no te gusta de tu cónyuge, para ayudarlo(a) a cambiar y superar el problema, no para vengarse. Incluso, se puede perdonar a la pareja del(la) cual te estás separando. Otra forma de ayudarse a perdonar es teniendo en cuenta que en la gran mayoría de los casos la(el) otra(o), no quiso injuriarnos o hacernos sufrir con su conducta: Ejs: La respuesta agresiva la hace sin tener tiempo de pensar que te ofendía; si te fue infiel pudo ser por debilidad o deseo, rara vez por hacerte sufrir o por venganza; si no te colaboró en algún oficio o asunto, fue por pereza, no por molestarte, etc.
LA CRÍTICA CONSTRUCTIVA:
Si quieres manifestarle a tu pareja alguna cosa de ella(él) que no te gusta, ten en cuenta que si lo que quieres es expresar tu rabia o vengarte de tu cónyuge, no has conseguido sino empeorar la situación. El ideal en toda relación es que quien critica lo haga para ayudar a su cónyuge a cambiar y entonces verás que con esta actitud lograrás la recompensa de que la armonía entre los dos sobrevendrá con facilidad.
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