Podríamos decir que los consejos que estamos dando son, de alguna forma y al menos en parte, una serie progresiva de acciones a tomar. ¿Por qué decimos esto? Bien, por que, por ejemplo, este segundo consejo es ideal para cuando el anterior ha fallado.
Y el tercer consejo será especialmente útil cuando el segundo haya fallado. Son como formas progresivas de enfrentar la situación, desde la menos "conflictiva" hacia aquellas que mayores posibilidades tienen de generar conflicto.
Este segundo consejo comienza cuando ya hemos hecho todo lo posible para evitar a ese compañero con el que teníamos, aunque sea de forma latente, un problema personal. Pero el problema es que aparentemente no lo hemos hecho de la forma más efectiva posible o nuestro compañero es simplemente intratable o imposible de evitar.
O sea, el problema que hemos estado tratando de ha aparecido enfrente nuestro y no pareciese que vayamos a tener ninguna posibilidad de evitar que nos supere. Si nos hemos tratado de concentrar en nuestro trabajo, en mantener su calidad, en hacer todo lo que tenemos que hacer, y aun así no podemos superar lo que nos molesta, entonces en es momento de pasar a esta segunda idea que les damos.
Es que si no podemos esquivar y no queremos que nos afecte de forma negativa durante una mayor cantidad de tiempo de la que es estrictamente necesaria, entonces vamos a tener que agarrar el toro por las astas y tener lo que hemos denominado "la conversación".
Esto es lo que todos nos estamos imaginando que es. Es sentarse con la otra persona que es parte del conflicto y plantear de una forma madura, seria y calmada que es lo que esta pasando, cuales son las cosas que nos molestan, por que nos molestan, como podríamos hacer para tener una mejor relación, que estamos dispuestos a modificar de nuestra actitud y como nos beneficiaria a todos el poder superar los conflictos.
Tenemos que tener mucho cuidado de no violentar la situación, de que la conversación sea firme y que se diga todo lo que hay para decir, pero que en ningún caso pueda tornarse violenta o se torne en una discusión que solo hace que las cosas sean peores. Enfoquémonos en el problema que tenemos entre nuestras manos, sin irnos demasiado por las ramas.
Empecemos yendo al grano lo más pronto posible y tratando el tema con profundidad, luego podremos expandirnos hacia otros tópicos, con lo cual hasta puede ser que terminemos encontrando puntos en común que nos permitan tener una relación que no solo supere los problemas del momento, sino que también pueda llegar a ser realmente muy buena.
Pero aunque estemos tratando de evitar que se puedan generar nuevas discusiones no tenemos que tener miedo de insultar a la otra persona. O sea, no intentamos que se generen, pero no podemos no llegar hasta el fondo de la cuestión por miedo a esto.
Es necesario discutir todo lo que tenemos en nuestra cabeza y de esta forma poder llegar a darle un cierre. Hay que ser abiertos y honestos. Lamentablemente, a veces la verdad puede lastimar. Pero una relación puede superar una verdad que lastima. Un insulto o los conflictos no hablados pueden destruirla totalmente.
Otra cosa que tenemos que saber cuando entramos en este tipo de enfrentamiento es que por más que estemos seguros que nosotros somos los buenos de la película y que todo lo que esta mal es culpa de los otros, la verdad es que es muy probable que nuestro colega también tenga algunas cosas que decir sobre nosotros y que esa animosidad que podamos notar no sea porque el es un cretino, sino que se deba a que hay algo de nosotros que, en su opinión al menos, hace que sea merecida.
Puede que no nos resulte nada sencillo escuchar lo que se tiene que decir sobre nosotros, que nos parezca injusto o un invento pensado solo para defenderse, pero tenemos que estar abiertos a suponer que puede ser que no seamos las mejores personas para juzgar con total precisión si nuestras conductas pueden estar equivocadas o no. Ya lo decíamos antes: en general encontramos más sencillo perdonar o considerar mínimas nuestras faltas, mientras que las de los demás siempre son enormes y justifican cualquier tipo de retribución que tengamos en mente.
Pero como también decíamos antes, es necesario tener esta conversación para permitir que le demos un cierre a la cuestión, ya que los negocios son los negocios y los conflictos dentro de los negocios solo nos llevan a perder dinero y efectividad, así que debemos lidiar con ellos de forma rápida, decisiva. Es el bien de la compañía lo que tenemos que tener en mente, ya que este es también nuestro mayor interés.
Todo esto puede reducirse a esto: los sentimientos personales deben poder dejarse de lado. Es la única forma de que podamos sacarle todo el provecho posible al trabajo en equipo, por el bien de todos.
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