Además del dominio de la profesión
tanto teórica como prácticamente,
es imprescindible para ser una buena esteticista
poseer una serie de cualidades que pueden
resumirse
en :
- Una presentación agradable.
- Amabilidad y corrección en el trato
y eficiencia en el trabajo.
- Cultura general lo más amplia posible.
- Hablar uno o varios idiomas.
El dominio de uno o dos idiomas es muy conveniente
en nuestros días, debido
a la actualización continua de los conocimientos
sobre estética que se publican en libros
y revistas extranjeras.
Por su importancia, se analizan a continuación
las primeras cualidades que mencionábamos
anteriormente.
Presentación Agradable
La esteticista debe cuidar su higiene personal
al máximo. Es evidente que sea así,
puesto que quien “da” belleza no
puede ofrecer un aspecto desaseado y, menos,
olores desagradables.
El uniforme tiene que cambiarse tantas veces
como sea necesario, de manera que esté
siempre impecable. De igual manera, se cuidará
el aspecto físico por lo que se refiere
al peinado, al maquillaje y al cuidado impecable
de las manos. La primera impresión que
se dé al cliente es definitiva para causar
un efecto favorable en quienes acuden al instituto
en busca de belleza. La confianza que la cliente
debe depositar en la esteticista dependerá
del primer contacto que con ella tenga.
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