Aprende a cambiar tu diálogo interno y gana confianza.
La autoconfianza es lo que uno cree de uno mismo. Se refiere a la confianza que tenemos en nuestras acciones, creencias, y capacidades. Tener confianza en uno mismo es la clave para una vida exitosa y satisfactoria.
Podemos describir al diálogo interno como esa pequeña voz interior que tiene el potencial de ser tan beneficiosa como destructiva para nosotros. Esta voz interior suele criticar, hacer comentarios y acotaciones, y recompensar las decisiones y acciones tomadas.
Existen diferentes visiones acerca del diálogo interno con relación a la construcción de la autoconfianza. Algunos asocian el diálogo interno con obstáculos en el camino de la edificación del sentimiento pleno de confianza en uno mismo. Esto puede ser cierto en el caso de gente que no tiene forma de sacar el pesimismo de su cabeza. Efectivamente, esto puede convertirse en un círculo vicioso en el que la persona quede atrapada en una espiral perpetua de declinación de la autoestima.
Existe también una escuela de pensamiento que cree que el diálogo interno es una herramienta importante para el desarrollo de la autoconfianza. La voz interior de una persona puede actuar como un maestro, un mentor, un crítico que hace comentarios constructivos, y un amigo. El diálogo interior ha sido empleado por personajes exitosos para construir importantes carreras en el ámbito de los negocios y de los deportes.
A continuación, algunos consejos para que logres desarrollar una saludable autoconfianza a través del diálogo interno:
Escucha tu voz interior
Éste es el primer paso para hacer un buen uso del diálogo interior. Identifica esa voz en tu interior y escucha lo que te está diciendo. Formula preguntas relacionadas al contenido de tus pensamientos, a las situaciones que generan dichos pensamientos, y a otros factores que podrían haber agravado tu crisis de confianza.
Recuerda que esto debe hacerse bajo el objetivo general de construir la autoconfianza, de modo que deberás ser tan honesto/a como te sea posible. No hay forma de engañarse a uno mismo.
Evaluación de pensamientos
Una vez que los pensamientos hayan sido identificados, será posible hacer una evaluación de los mismos. ¿Qué me dicen estos pensamientos? ¿Cómo he respondido a esta clase de pensamientos en el pasado? ¿Adónde me han llevado esta clase de pensamientos a lo largo de los años? ¿Me han ayudado estos pensamientos? ¿Han contribuido en mi búsqueda de la autoconfianza?
Otra cosa importante a evaluar es la manera en que una persona responde a los pensamientos formulados por su voz interior. Una persona puede creer que sus pensamientos negativos son fortalecedores y que le dan lo necesario para esforzarse por alcanzar sus objetivos. Lo cierto es que los pensamientos y comentarios negativos sólo pueden ser beneficiosos en el corto plazo. Sin embargo, terminarán haciéndote más daño que bien. Los pensamientos negativos infunden un sentimiento general de desazón e incompetencia, especialmente cuando uno falla más de una vez en cierto emprendimiento. Ver la vida bajo una luz positiva es la manera de construir autoconfianza. Cuando alguien tropieza, su voz interior debería decirle “vamos, levántate, tú puedes hacerlo” en lugar de “eres patético, quédate donde estás antes de que vuelvas a lastimarte”.
El tono general de esta voz interior es tan importante como lo que dice. Los tonos negativos deben ser controlados y revertidos por los positivos.
Haz una diferencia
Tratar con nuestra propia voz interior puede ser, en cierta forma, una tarea desafiante. Si es difícil hablar con alguien que no quiere escuchar, es incluso más difícil hablarse y escucharse uno mismo cuando no existe un argumento sensible para hacer que esto suceda.
Librarse de los pensamientos negativos que hay en nuestro interior dará algo de espacio a los pensamientos positivos. De alguna manera, se trata de reconvertir los pensamientos negativos en positivos. El concepto que uno tiene sobre el mundo está basado en sus visiones sobre el mismo. Sin dudas, lograrás desarrollar confianza en ti mismo/a si lograr sentirte bien contigo. Recuerda que la voz interior no debe tener control sobre ti, sino que tú debes controlar lo que ella diga.
La autoconfianza es como un par de anteojos: tener el par correcto puede hacer que uno disfrute de la belleza de las cosas al máximo. La vida, si uno se propone a observarla verdaderamente, tiene mucho de percepción. No será posible disfrutar de la vida si la percibimos con excesiva negatividad. Esto también es cierto en lo referente a la visión que tenemos de nosotros mismos. La autoconfianza está atada (con una soga muy corta) a la verdadera felicidad. La verdadera felicidad sólo puede venir desde el corazón de la persona. Creer en uno mismo es la única manera de alcanzar la real felicidad.
“Puedo” en lugar de “no puedo”
¿Alguna vez notaste que nunca estamos del todo quietos en el interior de nuestra mente? Inténtalo. Cuando nos sentamos en un rincón, lejos de todos los demás, seguimos pensando. No podemos abstraernos del pensamiento. Mientras el cuerpo se mantenga alimentándolos con información sensorial del ambiente, responderemos a dicho ambiente.
En la prehistoria, el hombre confiaba en sus propios instintos para sobrevivir. Los científicos han desarrollado el concepto de respuesta pelea-huída, en la que una persona instantáneamente elige pelar y superar a su adversario o escapar para sobrevivir.
El cuerpo, al percibir una amenaza, energiza las células necesarias para prepararse a huir o pelear. El cuerpo se pone en estado de alerta, los músculos obtienen toda la sangre que necesitan, el azúcar y las grasas se queman a toda velocidad.
En la actualidad, la respuesta pelear-huir todavía nos es útil, sobre todo cuando debemos enfrentarnos a ladrones, atracadores, o cuando debemos luchar por un premio. Los soldados, por ejemplo, necesitan esto instinto aún más que el resto de las personas.
Para la persona común, el hombre civil digamos, la única violencia que debe enfrentar es verbal. A veces, la violencia únicamente está en la televisión. Sin embargo, la mayor parte de la gente no llega a darse cuenta de la violencia y el dolor que se genera con sus propios pensamientos.
Como animales sociales, se espera de los seres humanos que interactúen con otros miembros de su especia para tener una buena vida. En ciudades y pueblos construidos por seres humanos, esto es inevitable y la gente a duras penas consigue ganarse la vida fuera de estas junglas artificiales.
Sin embargo, puede ocurrir que la respuesta pelear-huir tome el control y se abalance sobre áreas de la interacción que no requieren de una respuesta tan extrema. Esto puede darse debido al uso durante la infancia de técnicas de refuerzo negativo, a experiencias traumáticas, a la genética, al ambiente, etcétera.
Sin embargo, en la actualidad, la respuesta suele presentársenos en nuestra vida diaria. Por ejemplo, ser objeto de burlas por pares, intentar conseguir una cita con la persona amada, o ser humillados por nuestro jefe. Éstas son situaciones en las que, para la mayoría de nosotros, el estrés es extremo.
La única manera de superar estas situaciones extremadamente estresantes es entrenándote para verlas de otra manera. Una actitud positiva (“yo puedo hacerlo”) será necesaria a dicho fin.
Para sacar el mayor provecho de la vida, las personas deben aceptar vivir al máximo. Aprender a vivir bajo el lema de “puedo hacerlo” demuestra que la vida para ti es:
• Un viaje. No te preocupes por el destino. Disfruta del proceso. Se espera que la gente cometa errores. Y cuando esto ocurre, ¿cuál es el problema? Acepta el error, aprende la lección, y sigue avanzando. Agradece el hecho de haber tenido la oportunidad de aprender algo nuevo. Si no has aprendido la lección, la vida se encargará de volver a enseñarte una y otra vez hasta que la asimiles.
• Algo que no debe tomarse tan enserio. Tomarse la vida demasiado en serio sólo hace que una persona se estrese con facilidad. Ríete. Diviértete. Acepta que nadie es perfecto. Es absolutamente normal ver que puedes comer helado con papas fritas. Que las personas negras pueden enamorarse de blancas. La vida viene en todas las formas y en todos los tamaños.
• No se trata de sobrevivir, sino de vivir bien. La vida es lo suficientemente dura como privarnos del arte y de la belleza que nos ofrece. La persona positiva, que puede hacerlo todo, sabe por qué está aquí ya que se ha tomado el tiempo de pensar en el propósito de su vida.
Ya sea que ese propósito sea enseñar tenis en una academia o ser Presidente de la Nación, la persona positiva, que puede hacerlo todo, lo hará con los pies sobre el suelo y los ojos clavados en el futuro.
• Mitad lleno, no mitad vacío. Los individuos hemos tomado de la sociedad una especie de enfermedad: para sobrevivir, es mejor ver las cosas en forma pesimista. Bien, ahora sí que estamos completamente errados. La vida depende de cómo la vemos. Una actitud positiva puede hacer que la realidad sea mucho más optimista.
Una persona optimista/realista sabe que muchas cosas pueden salir mal porque la vida es así, pero esto no impide que esa persona sigua apostando a las oportunidades que se le presentan y siga buscando generarlas cuando éstas decidan ausentarse. El temor no genera acción, solo daño. No se recurre a la lógica para encontrar la razón ni tampoco para hacerla, pero sí debemos recurrir a ella para alcanzar nuestros objetivos optimistas.
• No estás solo/a. La gente positiva sabe que hay muchas personas siempre deseosas de ayudar. Ésta es la razón por la que el mundo reacciona a la sinceridad de la misma manera que una persona reacciona hacia un niño. No hay trucos ni engaños. Una persona positiva es un agente de cambio, que no dudará en ayudar a los desahuciados que se crucen en su camino —el camino que los lleva a trascenderse y ser mejores—.
• Ayúdate a ti mismo ayudando a los demás. Desarrolla la confianza y la amistad, pero nunca te sorprendas ante la ambigüedad cuando te toque encontrarla. Acéptala como una parte del proceso.
• Una actitud positiva puede, decididamente, llevarte a lugares que nunca antes habrías imaginado.
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