Mientras dormimos nuestro organismo sigue trabajando. La piel por ejemplo, realiza funciones como las de renovación y reparación celular; por lo tanto, un sueño regular, adecuado y reparador, es uno de las condiciones requeridas para tener una piel espléndida. El no poder dormir lo suficiente, puede incrementar el nivel de la hormona del estrés (el Cortisol), que como ya vimos afecta en forma negativa en la producción del colágeno y elastina por lo tanto se favorece la aparición de arrugas. A lo ya dicho hay que sumarle la retención de líquidos y la mala circulación periférica que se reflejará en las ojeras y bolsas.
-El agua pura
Cuando mis clientes me solicitan un buen hidratante para la piel, yo les digo inmediatamente que el mejor que conozco es el agua pura. Muchas veces esta respuesta los desconcierta, sin embargo es así. Toda la piel de nuestro cuerpo necesita ser hidratada por adentro, a nivel sistémico, esto es esencial, luego aplicaremos una crema hidratante para que nos reponga el agua en la superficie cutánea y para que la misma no se evapore con facilidad. Tomar 2 litros a 2,5 litros a lo largo del día es un hábito irremplazable.
-Actividad física
Las células de la piel dependen sustancialmente para vivir del abastecimiento de oxígeno, además de otros nutrientes; sustanciales para reparar y regenerar la piel. También hay que destacar que en la actividad física favorece notablemente la circulación sanguínea, que a su vez facilitará la eliminación de toxinas, dando como resultado una piel radiante. Al mismo tiempo, cuando se sigue una rutina de actividad física se tonifica también la musculatura del rostro.
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