¿Qué
hacer este día? Primero levántese
algo más temprano y hágase el
firme propósito de dejar de fumar sólo
por hoy (no es bueno que ahora piense que nunca
más va a fumar).
Regálese
algo de aire a los pulmones. Haga una ligera
tabla respiratoria o un poco de ejercicio suave
respirando profundamente. Termine su ducha matinal
con un poco de agua fría.
Manténgase
ocupado todo el día, pero recuerde, no
haga lo mismo que cuando fumaba. Haga cosas
distintas. Evite hacer las cosas que estaban
íntimamente unidas al cigarro.
Quizá se
note extraño, como si le faltara algo.
Ocupe sus manos y su boca. Entretenga sus manos
y juegue con cualquier objeto. Mastique chicle.
Beba mucha agua y toda clase de zumos de frutas,
preferentemente naturales y ricos en vitamina
C. Si son envasados, que no tengan azúcar
añadida. Esto le ayudará a eliminar
más rápidamente la nicotina.
Si tiene ganas de
fumar, espérese cinco minutos, relájese,
y comprobará que se pasan enseguida.
Las ganas de fumar serán cada vez menos
intensas y frecuentes, y las superará
con más facilidad.
Por fuerte que sea
su dependencia, las ganas de fumar no son eternas.
Al cabo de pocas semanas habrán desaparecido
casi por completo.
Coma alimentos ligeros
y no haga comidas pesadas. Elimine por ahora
las bebidas alcohólicas o estimulantes,
así como, cualquier bebida que acostumbre
a ser compañera de su cigarro, como por
ejemplo el café. Después de comer
no se deje caer en su butaca preferida para
ver la televisión o leer. Por el contrario,
levántese y haga alguna actividad ligera,
como lavarse inmediatamente los dientes, lavar
los platos, dar un pequeño paseo, jugar
una partida de parchis, etc. ¡Haga algo!
El primer día
es el más difícil. Una vez superado
habrá dado el paso más importante.
Estos consejos son
válidos también para los días
siguientes al Día D.
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