Cuando un paciente recibe un diagnóstico de depresión el profesional evalúa el nivel de depresión que presenta. El espectro es amplio, abarca desde una depresión leve a un trastorno depresivo mayor.
De acuerdo al nivel de depresión el profesional indicará el tipo de tratamiento:
El abordaje puede ser
a) psicoterapéutico y medicamentoso con administración de antidepresivos.
b) Psicoterapéutico,
c) Psiquiátrico.
En cualquiera de sus formas un tratamiento efectivo deberá reducir la sintomatología que presenta el paciente en un término aproximado de 4 meses.
Si el tratamiento está basado en medicación antidepresiva, ésta actúa entre 4 a 6 semanas después de haber sido administrada. Pero hay que tener en cuenta que el profesional tiene que ir administrando el medicamento hasta llegar a la dosis adecuada, y en ocasiones cambiar de droga debido a la falta de resultados o las acciones colaterales que el fármaco puede ocasionar.
Si el tratamiento es psicoterapéutico y el paciente durante el primer período realiza 2 consultas semanales, reduce en gran medida la sintomatología que lo llevó a la consulta.
Si Ud. está realizando un tratamiento y lleva un período prolongado de tiempo y no siente que mejora, realice una interconsulta. Tal vez el abordaje terapéutico que recibe no es el adecuado para su dolencia.
¿Y SI ESPERO QUE MI DEPRESION SE CURE SOLA?
Cuando uno está deprimido el pasado y el futuro quedan por completo absorbidos por el presente, y además no puede imaginar un futuro en el que pueda llegar a sentirse mejor. Una depresión nos coloca en una situación en la que carecemos de perspectiva, estamos inmersos en el sentimiento de desesperanza presente.
El estar deprimido conlleva una manera determinada del ver el mundo, independientemente de cuáles sean los motivos que originaron la enfermedad.
En mi experiencia profesional he comprobado que todos los pacientes que sufren de depresión comparten el mismo discurso. Se piensan, se ven y se sienten a sí mismo de idéntica manera.
Para romper con este tipo de razonamiento es necesario que un profesional ayude al paciente a que pueda modificar su funcionamiento cognitivo y pueda cambiar los estados de ánimo concomitantes.
Salir de ese estado requiere de un tratamiento, de lo contrario los síntomas se van agravando y una depresión no tratada puede desencadenar una depresión mayor.
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